La primera ministra británica, Theresa May, se reunió ayer con el jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para presionar por cambios “legalmente vinculantes” al acuerdo que logró con la Unión Europea en noviembre pasado.

La intención es que un mecanismo de protección para la frontera irlandesa no obligue a su país a cumplir con las normas del bloque de manera indefinida.

Esta parte del tratado -con la cual se intenta evitar nuevos problemas en Irlanda del Norte- fue rechazada por el Parlamento británico el mes pasado.
Con ello se lanzó al país hacia la salida del bloque sin una red de seguridad, y dejó a May luchando para asegurar concesiones tanto de Bruselas como de legisladores de su propio partido.

“He subrayado la necesidad de que veamos cambios legalmente vinculantes al backstop, que garanticen que no pueda ser indefinido”, expuso May.
“Eso es lo que se requiere si un acuerdo va a ser aprobado en la Cámara de los Comunes”, agregó, “el tiempo es fundamental”.

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