El Papa Francisco propuso ayer 21 medidas para acabar con el abuso sexual infantil, durante la apertura de un encuentro histórico sobre la protección de menores, que congrega en la Santa Sede, desde ayer y hasta el domingo, a los presidentes episcopales de 130 países y víctimas de pederastia.
“Los 21 puntos se refieren a una forma de compromiso, son una hoja de ruta para nuestro debate, son puntos muy concretos y, por lo tanto, hay que tomarlos en atenta consideración, de forma muy seria”, afirmó monseñor Charles Scicluna, miembro del comité organizador.
Entre las propuestas está elaborar un “vademécum” que ayude a guiar los pasos a seguir desde el momento en que aparece una denuncia de abuso. También realizar una revisión periódica de los protocolos y de las normas para salvaguardar un ambiente protegido para los menores en todas las estructuras pastorales, basados en los principios de la justicia y de la caridad.
Francisco convocó a los líderes de la Iglesia Católica de todo el mundo en una cumbre de cuatro días para abordar un tema que ha mermado la credibilidad de la institución en Estados Unidos -donde ha pagado miles de millones de dólares en indemnizaciones y compensaciones- pero también en Irlanda, Chile, Australia y otros países durante las tres últimas décadas.
“Ante la lacra de los abusos sexuales cometidos por hombres de la Iglesia contra menores, quería consultar con ustedes”, dijo a obispos y líderes de órdenes religiosas reunidos, pidiéndoles que escucharan “el llanto de los pequeños que claman justicia”.
El Papa declaró que el clero y las víctimas no esperan condenas simples y previsibles, sino “medidas concretas y eficientes”. El mal de los abusos sexuales cometidos a menores por miembros de la Iglesia se debe transformar en comprensión y purificación, añadió.
La reacción de las víctimas no fue uniforme. Mientras algunos expresaron un cauteloso optimismo, otros dijeron que la respuesta era débil y se daba demasiado tarde.
LEG