Unos 326 oficiales de diferentes cuerpos de las Fuerzas Armadas de Venezuela abandonaron las filas del presidente Nicolás Maduro y llegaron a Colombia en los últimos cuatro días en busca de ayuda y refugio, informó hoy el director de Migración Colombia, Christian Krüger.
“Cada hora va cambiando. Sólo en este momento 28 militares venezolanos están solicitando ayuda en Cúcuta, Norte de Santander“, indicó Krüger.
Señaló que cada caso es particular y se estudia de manera independiente, porque los militares venezolanos que han desertado llegan con uniforme, armas, otros de civil, solos o con sus familias, reportó RCN Radio.
En un comunicado Migración Colombia indicó que hasta el lunes tenía el registro de 274 oficiales venezolanos que huyeron del gobierno de Maduro, y en su mayoría decidieron abandonar las filas militares de su país este fin de semana.
Detalló que por el norte de Santander ingresaron a territorio colombiano unos 243 efectivos venezolanos en busca de protección y ayuda; por Aruca llegaron unos 23 y por La Guajira otros ocho.
Entre los efectivos que se refugiaron en Colombia figuran miembros de la Policía Nacional Bolivariana, de la Guardia Nacional, del Ejército, la Armada y de las Fuerzas Especiales.
Las deserciones se dan luego de los actos violentos ocurridos el sábado, cuando voluntarios venezolanos intentaron ingresar toneladas de ayuda humanitaria coordina por el juramentado como presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, y que Maduro no permitió al considerarla una acción injerencista de parte de Estados Unidos.
Pero no es sólo eso, la prensa local da cuenta de historias como la de la teniente Katiuska Jamboos Reyes, quien junto con su hija de dos años, se refugiaron en Colombia luego de viajar más de 24 horas en autobús, motocicleta y caminando.
La teniente decidió desertar de la Guardia Nacional de Venezuela, tras más de cuatro años en la que se desempeñó como especialista bacterióloga del servicio médico militar.
Ella y su hija llegaron al departamento colombiano de La Guajira por un paso ilegal ubicada en el estado venezolano de Zulia, mientras que su esposo abandonó las filas de Maduro hace siete meses y se fue a Perú.
“Me motivó mi hija, que nunca había probado una manzana. Nunca había probado, en sus dos años de vida, una compota. Porque mi sueldo no alcanza”, dijo la teniente al portal Zona Cero.
DJOR