Sabemos que en una democracia la elección de los gobernantes es tarea fundamental. Con nuestro voto le damos facultad a ciertos ciudadanos para que decidan sobre temas muy relevantes para la vida de cada uno de los mexicanos.
Y para saber si hacen bien su trabajo, para evaluar a las autoridades, son necesarios indicadores, como los económicos; de seguridad; de impartición de justicia; cuidado medioambiental; sobre la eficacia de los servicios básicos o de cumplimiento de derechos humanos, por mencionar algunos ejemplos.
De ahí la importancia, primero, de instituciones serias, sólidas, que nos den información confiable para tomar buenas decisiones respecto a temas que tanto nos afectan, y por ello, deben interesarnos. Me parece que queda claro al menos uno de los motivos por los que se deben respetar estos organismos.
Al respecto, y utilizando la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana ─realizada por una de esas instituciones sólidas del Estado mexicano que es el INEGI─, analicemos cómo percibimos el trabajo de las autoridades.
Ahora que está tan reciente la aprobación de la Guardia Nacional, empecemos por conocer la impresión que tenemos del desempeño de las autoridades avocadas a nuestra seguridad.
Lo primero que llama la atención son las calificaciones asignadas a la Marina y al Ejército. Poco más de ocho de cada diez mexicanos pensamos que son autoridades “algo o muy efectivas”.
Aunque en el caso de la Marina bajó un poco el resultado respecto a la última medición, se trata de una percepción muy positiva de ambos cuerpos de seguridad. Con esta buena reputación, tampoco extraña que la Guardia Nacional propuesta por el Presidente contenga elementos militares.
Sin embargo, estos buenos resultados no se tienen en todas las corporaciones policiacas. En el caso de la Gendarmería Nacional y de la Policía Federal casi siete de cada diez mexicanos piensan que es “algo o muy efectiva”. Pero no sucede igual con la Policía Estatal ni la Policía Preventiva Municipal donde se tienen las percepciones menos satisfactorias.
También tenemos las calificaciones que los mexicanos otorgamos a los gobiernos locales. A nivel nacional, sólo dos de cada diez mexicanos dijeron que el gobierno de su ciudad es “algo o muy efectivo” para resolver los problemas más importantes.
Las ciudades donde sus gobiernos gozan de una mejor percepción son Puerto Vallarta, General Escobedo y Saltillo. Mientras que las ciudades con menor porcentaje de percepción de efectividad para resolver problemas fueron Ecatepec, Tuxtla Gutiérrez y Villahermosa.
Si lo que los gobiernos quieren es mejorar, lo primero es preguntarse cómo están los cosas, cómo ve la ciudadanía los servicios que ahora ofrecen. Vamos a ver qué contestamos.
84 de cada 100 mexicanos manifiestan como uno de los problemas más importantes en su ciudad la existencia de baches en calles y avenidas; 68 de cada cien señalan a la delincuencia (robos, extorsiones, secuestros, fraudes, etc.) y 67 de cada 100 consideró el alumbrado público insuficiente.
Las mismas estadísticas nos señalan las áreas de oportunidad: coladeras tapadas, embotellamientos frecuentes, fallas y fugas en el servicio de agua, servicio público deficiente, parques descuidados y muchos más.
Algo muy valioso de estos instrumentos es que la misma ciudadanía te dice qué está saliendo mal. No hay que pensarle tanto. Ahí tienen los gobiernos una planeación estratégica.