Las agresiones que se difunden en redes sociales como la ocurrida el pasado cinco de febrero donde un grupo de sicarios grabaron el ataque en una vulcanizadora del Valle de Santiago, Guanajuato, que dejó cinco muertos y un herido, tiene la finalidad de amedrentar a la población y reafirmar su capacidad operativa, así como mandar mensajes a otros grupos delictivos y al Gobierno de que ellos tienen el control de ciertas zonas y rutas de mercancías ilícitas.
“Es una estrategia clásica de propaganda estar difundiendo sus armas, sus vehículos, el número de integrantes que tienen. Normalmente en términos de comunicación las malas noticias se difunden con mayor rapidez porque generan sorpresa y morbo en la población, de ahí que podamos ver que una noticia de asesinatos, balaceras, se dan con mayor rapidez”, consideró el politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Edgar Ortiz Arellano.
Destacó que en los últimos cuatros años se ha registrado una apología a la violencia ya que se está convirtiendo en una forma cultural propia del mexicano y se percibe tanto en la música como en las noticias.
Por su parte Martín Gabriel Barrón Cruz, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), señaló que la intención de difusión de los videos es una advertencia para los grupos rivales.
“Otros lo han visto como unos videos que puedan intimidar a la sociedad, para que la sociedad no se involucre, sin embargo, en casi 20 años la gente se sigue involucrando en el negocio de las drogas y obviamente sabiendo cual es el riesgo. Entonces el escenario es delincuentes contra delincuentes, vemos una disputa por el territorio, la plaza”, resaltó.
En tanto el doctor en antropología social de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco, Raúl Villamil Uriarte comentó que se debe plantear cuál es la función ética en los medios masivos de comunicación y como seguir trabajando con las redes para detener pedagogías del terror donde mandan una serie de mensajes para generar temor e incertidumbre.
LEG