La obsesión por la comodidad de vincular la corrupción a todo está causando mucha insatisfacción.
La tendencia es calificar como terribles, adversidades que no lo son.
O es su propuesta o nada.
Aspira a ganar en solitario y dar mejores resultados que el anterior.
Asegura que las cosas ahora están bien cuando no es verdad.
Son necesidades inventadas, y eso no lo digo solamente yo.
Aún no ha precisado la mejora y justifica que este conjunto de medidas llegue ahora.
En uno de sus mensajes matutinos, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo exactamente lo que hemos escuchado de otros Presidentes:
“… Contrarrestar malos entendidos (sic) y la mala fe también de nuestros adversarios. ¿Qué ha pasado en el tiempo que llevamos con el precio de las gasolinas y del diésel? Ha habido un aumento en la gasolina Magna y una disminución en la Premium. De acuerdo al precio que Pemex vende a los expendios, esto puede significar más o menos de conformidad con el margen de utilidad que tengan los concesionarios, pero el precio base en el tiempo que llevamos ha aumentado en la gasolina Magna y ha disminuido en la Premium.
De todas maneras, yo tengo un compromiso que voy a cumplir para que se sepa: no va a aumentar la gasolina ni el diésel, ni el gas ni la luz en términos reales. Si se está dando este aumento, estamos esperando el momento para hacer un ajuste, para cumplir el compromiso. ¿Qué significa? La gasolina no va a aumentar arriba de la inflación, nunca, ni el diésel, ni el gas ni la luz. Ya di instrucciones para que se revisen, porque no quiero que al interior del Gobierno los que tienen que ver con esto, nos estén jugando chueco para provocar inconformidad con la gente. Entonces, decirle a la gente que voy a cumplir con el compromiso de que no aumenten los precios de energéticos en términos reales. Voy a cumplir eso”.
La diferencia de esta declaración con lo dicho por otros muchos es que al presidente López Obrador sí le funciona el discurso, pues lo acompaña de una combinación de mejoras que beneficiarán a una amplia mayoría.
A pesar de que todo apunta a la inestabilidad y con una oposición que todo considera insuficiente, pero no hace nada, no se ve una alternativa al descontento.
¿Un Presidente fuerte? ¿Un país fuerte?
Ahora más que nunca, sentido común.
¿Se eligió al menor de los males?
Darse baños de masas no garantiza una imagen de unidad sin fisuras.
jfcastaneda9@hotmail.com