Parece que la moda actual es seguir “ajustando” a la baja la previsión de crecimiento económico de nuestro país. Recientemente se sumó la OCDE, aunque hay que quedar claros que su primera estimación era de 2.5% anual, un nivel relativamente alto, y ahora lo ubica en 2.0% anual, en el objetivo de la SHCP dado a conocer en el presupuesto 2019.
Preocupa que el FMI, el Banco Mundial, Banco de México y otras instituciones financieras internacionales también han bajado sus pronósticos para la economía mexicana, algunos, inclusive, por debajo del intervalo del Gobierno.
Hace unos días, el Banxico ajustó su estimación de crecimiento a 1.6% anual promedio y la encuesta que elabora mes a mes, Citibanamex a analistas y economistas se ubicó en 1.5% anual.
Cuando hay un claro sesgo de la previsión de crecimiento a la baja en el mercado y entre instituciones de gran autoridad, originado por la desaceleración global, un menor crecimiento de la economía americana, bajo nivel de consumo e inversión privada, falta de confianza de inversionistas, entre otros.
Si alguna de estas variables resultara diferente a lo esperado, es probable que se abran ventanas de oportunidad en la parte de inversiones y el crecimiento de la economía mexicana pudiera resultar arriba de lo esperado por el consenso.
No hay duda de que el crecimiento del primer trimestre del año será prácticamente nulo o de mínima expansión, afectado por el desabasto de la gasolina, las huelgas, el bloqueo de algunas semanas de líneas de ferrocarriles, el inicio del nuevo Gobierno y el retraso en la ejecución del presupuesto, bajo nivel de inversión y consumo, así como una menor actividad internacional.
Sin embargo, puede mejorar un poco el entorno global y el de nuestra economía a partir del segundo semestre del año, apoyado por la puesta en marcha ya del presupuesto 2019. Por eso, nuestro indicador de desempeño de la actividad económica se actualiza con cada dato que llega en relación al PIB, a la producción industrial, ventas minoristas, sector manufactura, sector servicios, inflación al productor y consumidor, bolsa, tasas de interés, indicador de confianza, etcétera, y en el momento que veamos un pequeño cambio, seguramente la bolsa lo considerará y la señal de una posible mejora en la actividad económica se empezará a ver.
Hay un riesgo si este indicador se ubica debajo de 25%, porque implicaría “recesión”. Hasta ahora, está por debajo de 40% marcando un bajo crecimiento. Hay que estar atentos, pero no debemos olvidar la “teoría de la opinión contraria”.
Inflación dentro de lo esperado
La inflación a febrero registró una baja de 0.03% para ubicarse en 3.94% y 3.54% la subyacente. Pudieran reflejar los niveles más bajos en el año e iniciar un proceso de rebote gradual a lo largo del primer semestre de 2019, y será con la presión en el segundo semestre cuando alcance 4.2% anual como parte de la estructura de la economía mexicana.