Durante décadas el sindicalismo oficial tuvo una gran influencia en las decisiones del Gobierno en turno, desde políticas laborales hasta la designación del candidato a la Presidencia, la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y el Congreso del Trabajo dieron su aval o rechazo para ello.
Con el cambio en el Gobierno y la llegada de la cuarta transformación, que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, los vientos cambian y se prevén tormentas sindicales, toda vez que la centrales oficialistas enfrentan el desafío de las organizaciones creadas por los senadores de Morena, Pedro Haces y Napoleón Gómez Urrutia.
Combatir la corrupción es el centro de los discursos y decisiones del Presidente. Sin embargo, el origen de los senadores que encabezan lo que ya muchos denominan “el sindicalismo de AMLO” genera legítimas dudas.
Ambos legisladores son herederos de imperios sindicales; en el caso de Gómez Urrutia por parte de su padre en uno de los sindicatos mineros, mientras que Haces es sobrino del finado dirigente de la CTM, Leonardo la Güera Rodríguez Alcaine, es decir, son familiares de importantes líderes obreros, y sin haber sido trabajadores, defienden las condiciones y situación de la clase trabajadora.
Haces Barba, que encabeza la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), cuenta con un historial “poco” pacífico, y contrario a la “pacificación del país” que pretende el Gobierno federal, pues ha sido acusado de encabezar episodios de violencia, además de haber recibido un jugoso contrato del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte.
El Ejecutivo Federal y su secretaria del Trabajo, María Luisa Alcalde, deben prever que la colición entre los oficialistas contra las centrales impulsadas de Morena no serán los únicos conflictos; también hay confrontación entre Gómez y Haces.
Los grupos que deberán dirimir la disputa entre Haces y Napito son nuevamente los del coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, y la dirigente de ese partido, Yeidckol Polevnsky, pues Haces es cercano al primero, mientras que Gómez ha encontrado eco en los oídos de la segunda.
Además, Haces ya anunció que busca terminar con centrales como la CTM, que dirige su compañero en el Senado, Carlos Aceves del Olmo, y la CROC, donde manda Isaías González, pero además también contra líderes cercanos al actual Gobierno como Ismael Figueroa, de los bomberos de la Ciudad de México.
Otro ángulo del conflicto se ubica en la pugna contra los denominados “sindicatos independientes”, cuya central, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) encabeza el líder de los telefonistas, Francisco Hernández Juárez.
Al senador Haces se le ha acusado de querer imponer líderes e influir en las decisiones “colegiadas” de la UNT, pues hay que recordar que el liderazgo de la central independiente lo comparten Hernández Juárez y Agustín Rodríguez, del sindicato de la UNAM.
Alcalde Luján tiene frente a sí un panorama de desafíos que en el mejor de los casos podrá resolver exigiendo que todos los dirigentes cuenten con la aprobación y confianza real y comprobada de sus agremiados.