Sin que tenga una connotación negativa, los periodistas también podemos ejercer nuestro oficio como servidores públicos. Es el caso, entre otros, de los reporteros que laboran en la agencia de noticias Notimex, una entidad del Estado que hoy está sumergida en una de las peores crisis desde su fundación en 1968.
En más de 50 años de existencia, Notimex ha sido objeto de distintas transformaciones, con periodos de mayor o menor esplendor, pero considerada siempre como una útil herramienta tanto para sus suscriptores como para los diferentes Gobiernos. Esta entidad se encuentra en peligro de desaparición, resultado de un deficiente manejo interno, falta de inversión, disputas sindicales y, desde enero pasado, por el riesgo de que la agencia sea dirigida por un bizarro personaje que ha dedicado su carrera a la confrontación desde el ejercicio periodístico.
Muchas son las consecuencias que ha tenido la mala gestión de Notimex. Una de ellas es la situación que vive la red de corresponsales extranjeros, 20 periodistas de muy amplia experiencia que han sido olvidados por la dirección de la agencia. Desde el 1 de enero pasado, estos reporteros al servicio del Estado dejaron de percibir sus salarios, sin que mediara explicación alguna.
Los corresponsales extranjeros de Notimex son los servidores más vulnerables que el Gobierno pueda tener, y eso lo han hecho saber al presidente López Obrador en una carta abierta. Están regidos por un contrato bajo la figura de prestadores de servicios, sin ninguna protección social y con bajos salarios estando adscritos en las ciudades más caras del mundo.
En su desesperación, los corresponsales de Notimex han intentado exponer su caso ante el vocero presidencial, Jesús Ramírez, con su subalterno, Jesús Cantú, con funcionarios de la Cancillería y con el director general de Comunicación Social de Gobernación, Héctor Gandini, un experimentado comunicador con mayor sensibilidad política.
De Sanjuana Martínez, directora general designada de Notimex, no habría nada que esperar. Sin haber sido aún ratificada por el Senado, ha dedicado su tiempo a generar más encono del existente dentro de la agencia, a confrontarse con el aguerrido sindicato interno y a atender su propia agenda política. “Hemos intentado hablar con ella; queremos explicarle nuestra situación y proponerle soluciones. Simplemente nos ignora; le mandamos mensajes y nos deja en visto”, comenta un experimentado corresponsal.
Por su falta de oficio como servidora pública y su conocida agenda política, la futura directora de Notimex puede convertirse en el factor que lleve a la tumba a la que pudo ser la primera agencia de noticias de América Latina. Cientos de periodistas que ahí laboran vislumbran el peor de los escenarios.
Y no es para menos.
Segundo tercio. Se solicita atentamente que esta columna sea transmitida a la futura directora de Notimex, ya que, desde hace algunas semanas, la servidora pública tiene bloqueado a este columnista en su cuenta de Twitter.
Tercer tercio. Con tanta información política surge la duda: ¿el nuevo Gobierno ha dedicado tiempo para reforzar las acciones de protección civil en caso de una mayor actividad del Popocatépetl? Culpar al pasado de una crisis volcánica implicaría remontarse algunos milenios atrás.