Foto: Reuters/ Archivo La decisión del líder católico ocurre en momentos en que la iglesia encara fuertes cuestionamientos por la forma en que ha respondido a los escándalos sexuales  

El Papa Francisco aceptó el sábado la renuncia como arzobispo de Santiago de Chile del cardenal Ricardo Ezzati, quien está siendo investigado por la justicia local por acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes.

La decisión del líder católico ocurre en momentos en que la iglesia encara fuertes cuestionamientos por la forma en que ha respondido a los escándalos sexuales que estallaron en varias partes del mundo.

Ezzati, de 77 años y quien ocupaba el máximo cargo en la iglesia chilena, está acusado de encubrir abusos cometidos por religiosos, aunque no se han formalizado cargos en su contra. El cardenal niega estar implicado y en octubre decidió ejercer su derecho a mantener silencio tras ser citado a declarar por la fiscalía local.

“Me voy con la frente muy en alto”, dijo Ezzati a periodistas en Santiago. “Toda denuncia ha sido enfrentada y habrá que esperar lo que dice la justicia. No basta con que a uno le digan encubridor sino que hay que probarlo”, añadió.

A pesar de su salida, el prelado seguirá siendo cardenal, un rango que al cumplir 80 años lo hará elegible para ingresar al cónclave para elegir al próximo Papa.

El Vaticano dijo en un comunicado que el Papa Francisco designó al obispo Celestino, Aós Braco, de la ciudad de Copiapó, en el norte de Chile, como “administrador apostólico” a cargo de la arquidiócesis de Santiago, a la espera de un nuevo arzobispo en reemplazo de Ezzati.

El anuncio se produce un día después de que un tribunal chileno rechazó una apelación para suspender una investigación en contra de Ezzati por supuesto encubrimiento de abusos de sacerdotes, en medio del escándalo que ha golpeado a la iglesia en el país sudamericano.

En mayo del año pasado, 34 obispos chilenos presentaron su renuncia al Papa Francisco luego de asistir a una reunión de emergencia en Roma para tratar las denuncias y los encubrimientos de abusos.

Se trató de una medida sin precedentes para la Iglesia Católica y el pontífice ha aceptado numerosas dimisiones en los últimos meses.

Hasta ahora, ocho prelados de alto rango en Chile han sido apartados de sus puestos tras la reunión del año pasado en el Vaticano, cuando se reveló un extenso informe sobre los casos de abusos en el país y la respuesta insuficiente de los líderes católicos del país. El documento también se refirió a situaciones de encubrimiento.

Entre las denuncias vinculadas a Ezzati se incluye el caso de Oscar Muñoz, un ex asesor de alto rango de la arquidiócesis de Santiago que ahora enfrenta un juicio por presunta violación de menores.

Los escándalos por abusos de religiosos a menores han sumido a la Iglesia Católica en su peor crisis de la historia moderna y han dañado su imagen ante los fieles de todo el mundo. El Papa ha prometido tomar medidas concretas para abordar el tema.

En Chile, la justicia indaga alrededor de 120 casos vinculados a sacerdotes o religiosos, muchos de ellos denunciados por delitos que ocurrieron hace décadas. La Nunciatura en Santiago dijo que tras la decisión del Papa, nueve de sus 27 jurisdicciones eclesiásticas se encuentran vacantes.

 

 

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