El gabinete de un Presidente de la República debe acompañarlo en la toma de decisiones difíciles.

Acotarlo cuando se desboca y respaldarlo con argumentos cuando le asiste la razón.

En el caso de la ya famosa carta que envió Andrés Manuel López Obrador al Rey Felipe VI de España exigiendo una disculpa por los “agravios cometidos por los españoles durante la Conquista en contra de los pueblos nativos’’, la pregunta es ¿dónde estaba Marcelo Ebrard cuando se decidió su redacción y envío?

Ebrard había sido, hasta el momento, quizá el secretario de Estado más aplicado en sus responsabilidades.

No había resbalado como Jiménez Espriú, y otros miembros del gabinetazo lopezobradorista, hasta que se hizo pública la carta.

Si se lo consultaron y él decidió que estaba bien, mal. Y si no se lo consultaron, peor.

Porque ahora le han generado un problema diplomático que en el mejor de los casos terminará con el ridículo para el Gobierno mexicano y en el peor, conociendo la terquedad de López Obrador, en un quiebre de relaciones.

Ebrard ha demostrado buen tacto político, buenas maneras a la hora de hacer relaciones públicas, por eso está ahora en dilema.

Salir a declarar que avala en sus términos la carta de su jefe –que es en sí misma un despropósito- o enmendarle la plana, cosa que parece lejana.
Pero si el gabinete legal de López Obrador en incapaz de contener sus rijos, ¿cómo puede hablarse de un Gobierno y no del voluntarismo del Jefe del Ejecutivo?

España rechazó los términos de la carta de AMLO y dejó en claro que su gobierno tiene más sentido común para tratar esos temas, lo que anticipa si no una crisis en la relación –que hasta el envío de la carta había sido estable y beneficioso para el país-, por lo menos un enfriamiento diplomático que no nos conviene.

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La Red de Oficinas Económicas y Comerciales de España en el Exterior publicó recientemente el resultado de la balanza comercial entre su país y México.

Al cierre del año pasado, las exportaciones de España a México alcanzaron los cuatro mil 560 millones de euros, una caída de 0.8% en relación con 2017 (cuatro mil 598 millones de euros).

Los principales productos que México compró a España en 2018 fueron: máquinas y aparatos mecánicos, vehículos automóviles, aparatos y material eléctrico, prendas de vestir no de punto, materias plásticas, manufacturas de fundición de hierro y acero y productos químicos orgánicos, entre otros.

En ese año, las importaciones españolas de productos mexicanos sumaron cuatro mil 775 millones de euros, aumentando 17.6% en relación con 2017 (cuatro mil 59).

España compró a México combustibles fósiles, aparatos y maquinaria mecánica, vehículos, aparatos ópticos, aparatos y maquinaria eléctrica y productos químicos y aguacates, entre otros.

El dato es por si se llega a ocupar en estos días.

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El Senado de la República tiene presupuestado este día votar el dictamen de la revocación de mandato y consulta popular, aprobado por la Cámara de Diputados con la compl…, perdón, con el apoyo de un grupo de legisladores del PRI.

La oposición en la Cámara alta ya dijo que este dictamen no pasará en sus términos, y que los de Morena y aliados le hagan como quieran.

 

Tómelo con reservas, porque lo mismo dijeron –sobre todo los tricolores- a la hora de votar la propuesta para la integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y ya vio lo que pasó.

A ver si es cierto.