El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, lanzó una recta de impacto global que desconcierta a unos y otros, mientras consigue imponer nuevamente la agenda en la cual, distinguiblemente durante toda la trayectoria del político tabasqueño, es tan importante el apoyo popular como la creación de controversia.
Más vale pedir perdón que pedir permiso.
Mientras sus adversarios se proclaman con diversos grados de renovada antipatía frente a la propuesta de que España ofrezca una histórica disculpa a México por los gigantescos abusos cometidos por la banda de conquistadores representantes de la Corona española, López Obrador ponchó a un segmento de “la porra fifí” que lo abucheó el sábado en la inauguración del Estadio de beisbol Alfredo Harp Helú.
Los Diablos del México perdieron frente a los Padres de San Diego -de una nación a la cual, de continuar la secuencia de iniciativas y hechos con perspectiva histórica, también se le solicitará algún perdón, habría de suponerse- el sábado.
Le abollaron la inauguración al benefactor principal del estadio tanto como al primer mandatario, le rasguñaron el rosario de exitosas presentaciones ante multitudes en la capital del país donde tiene un muy sólido apoyo junto con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y el partido que ahora conjuga el poder nacional y el de la capital del país.
López Obrador lanzó formalmente a España una recta de más de 95 millas que fue filtrada por el debatidor diario El País, y de ahí se hizo nota global.
Para seguir “ponchando a la mafia del poder”, el primer mandatario, amante del debate público y abierto, lanzó la pelota más allá de la cancha mexicana donde se habría podido continuar, o no, con el peso y significado del abucheo sabatino.
Desde su montículo presidencial y de apoyo popular vinculado en una raíz a flor de piel acerca de las cualidades de lo mexicano -¿existe antes o después de la Conquista?-, AMLO envió a las gradas una pelota caliente.
Acerca de las responsabilidades de los pueblos conquistadores o responsables de genocidios en todas las épocas y en todos los continentes.
Sin encontrar la oportunidad que tenía a la mano de referir el mestizaje defendido en algunas obras de Octavio Paz, Carlos Fuentes, Alfonso Reyes, José Vasconcelos, la Corona española reaccionó primariamente con la misma visceralidad del castellano siglo XVI.
La actitud que los adversarios de AMLO le atribuyen al tabasqueño es por lo menos semejante a la del Presidente español, si hay que sujetarse a una valoración cualitativa.
Los ibéricos, que no esperaban la beisbolera recta de AMLO, declararon un rotundo y elemental “no” que solamente contribuirá a darle vida a una polémica fácilmente global.
Así que la comunidad, fácilmente susceptible a la polarización de opiniones, grita jubilosa respecto de resarcir daños históricos: “playball”.
@guerrerochipres