Ricardo Monreal no la tendrá fácil en los próximos días en el Senado.

El zacatecano se ha envuelto en una disputa con la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, que comenzó hace unos meses y tuvo su crisis en la confrontación por la candidatura de Morena al Gobierno de Puebla.

Monreal apoyó al senador Alejandro Armenta y Polevnsky a Miguel Barbosa, que se hizo de la candidatura nuevamente a través de una encuesta que nadie conoce.

Después de la supuesta elección del candidato al Gobierno de Puebla, el jefe de asesores de Monreal en el Senado y consejero de Morena en el DF, Alejandro Rojas Díaz Durán, anunció que denunciaría a la presidenta del partido a quien acusó de “promover una camarilla autoritaria e impositiva’’.

Polevnsky interpretó que el mensaje era directo de Monreal a través de Rojas y ese mismo día el asesor del zacatecano fue notificado que la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia le abrirían un “expediente de oficio’’ por violar los estatutos.

La presión sobre Monreal no sólo tiene que ver con la investigación partidista en contra de unos de sus colaboradores –que dicho sea de paso, no actúa sin el visto bueno del senador-, sino con los problemas que ha tenido para sacar los nombramientos y leyes que quiere López Obrador.

Negoció –quién sabe qué- con el PRI la elección de Yasmín Esquivel como ministra de la Corte, pero no pudo sacar adelante los nombramientos de los consejeros de la Comisión Reguladora de Energía.

Ahora deberá intentar de nuevo demostrar que tienen la suficiente capacidad para negociar con la oposición esos nombramientos antes de que el Presidente los tenga que designar.

Y tiene otra negociación complicada: lograr que la oposición acepte como le fue entregado a la Cámara alta, el dictamen sobre la revocación de mandato y la consulta popular.

La instrucción de López Obrador es que los senadores aprueben en sus términos el dictamen para que su nombre aparezca en la boleta el día de las elecciones intermedias en 2021.

La oposición dijo que no, que probablemente estarían de acuerdo si la fecha de consulta de la revocación ocurriera unos meses después de la elección de diputados federales.

Pero Morena –y Monreal- no quieren; deben cumplir con el mandato del Ejecutivo.

Si Monreal no logra sacar ese debate, habrá perdido puntos ante los ojos de López Obrador y alentará las voces que le hablan al oído al tabasqueño para que desconfíe de su capacidad como operador.

Sí hay pleito y sí es serio.

Haga sus apuestas.
****
Durante su gira por Baja California, Andrés Manuel López Obrador se dio tiempo para recibir en su hotel al empresario Jaime Bonilla, quien seguramente será el candidato de Morena al Gobierno del estado.

Bonilla ha mantenido una relación cercana con López Obrador, a tal grado que por invitación del bajacaliforniano han ido a San Diego y Los Ángeles a ver juegos de beisbol.

Pero sucede que hace no muchos días, el PAN en la entidad acusó en un desplegado a Bonilla de intentar sobornar a los diputados del Congreso local con un pago de cinco millones de pesos a cada uno, a cambio de su voto a favor de modificar la constitución local y cambiar de dos a cinco años el periodo de la siguiente administración.

A menos que la reunión del miércoles haya sido para decirle que no va, Bonilla será, pese a todo, el candidato de Morena.

*Nuestra solidaridad con Carlos Loret de Mola. Si amenazan a uno, amenazan a todos.