A diferencia de los amenazas que ha lanzado el presidente Donald Trump en el pasado, el cierre de la frontera es más probable que sí lo lleve a cabo, consideró el doctor en relaciones internacionales y profesor de la Universidad Anáhuac, Adolfo Laborde.
Explicó que la coyuntura en Estados Unidos –además del capital político que ha ganado Trump en las últimas semanas y el cambio en la postura migratoria mexicana al pasar de restrictiva a una de acompañamiento– dan al mandatario estadounidense los elementos necesarios para cumplir su amenaza.
Laborde expresó que la política del Gobierno federal ha sido tibia y de inacción, pues está apostando a que se enfríe el tema; y alertó que el presidente López Obrador, en su cautela ante el conflicto, no está tomando en cuenta factores externos, como la lucha política en el país vecino.
En tanto, el coordinador del programa de Relaciones Internacionales de la Universidad del Valle de México, Juan Roberto Reyes Solís, consideró que la amenaza de Trump es seria para México, pero no deja de ser retórica.
Puntualizó que el actuar del mandatario estadounidense obedece más al evento que tendrá el próximo viernes en Calexico, California, donde intentará tejer sus redes de apoyo con miras a su reelección.
Sobre cómo ha enfrentado el Gobierno federal la situación, coincidió en la postura emitida por el canciller Marcelo Ebrard, quien escribió vía Twitter, que México no actúa con base en amenazas.
Resaltó que el Presidente podrá decir que están a la expectativa, pero en realidad el Gobierno está operando, como lo demostró la reunión que sostuvo la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez, con la ministra de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, en Miami, a finales de marzo.
Por su parte, la internacionalista y experta en negocios de la Universidad La Salle, Martha Soto, explicó que Trump está facultado y puede cerrar su frontera, sin embargo deberá aclarar si lo hace sólo por tierra, y únicamente para personas.
“Si cierra la frontera de manera absoluta entonces se vería afectado el comercio, donde 80% de nuestro comercio está vinculado con los Estados Unidos y gran cantidad entra vía terrestre.
“Lo que tiene que sacar López Obrador es un plan para la cantidad de migrantes que están llegando en las caravanas.
“Y hablar con el presidente Trump para saber cómo va a quedar nuestra relación comercial, para que no se afecte el comercio, porque el problema es migratorio, no comercial”, enfatizó.