El Gobierno estadounidense tardaría hasta dos años en identificar al grupo adicional de miles de menores que podrían ser separados de sus padres en la frontera sur, de acuerdo a un documento enviado por la administración de Donald Trump a una corte local.
El texto presentado a última hora del viernes ofrece por primera vez detalles sobre el plan de la Casa Blanca para identificar a niños y sus familiares si es que son separados, cuyos nombres serían sometidos a un chequeo de miles de antecedentes usando una combinación de análisis de datos, estadísticas y revisiones manuales.
El mes pasado, un juez federal en San Diego expandió el número de familias de inmigrantes que el Gobierno podría tener que reunir como parte de una demanda colectiva presentada el año pasado por la Asociación Americana de Libertades Civiles (ACLU).
La Oficina de Inspección General del Departamento de Salud y Servicios Humanos estadounidense dijo previamente este año que la agencia había identificado a muchos más menores, que se suman a los 2 mil 737 niños incluidos inicialmente en el recurso.
La jueza de distrito Dana Sabraw ya ha ordenado que esos niños sean reunidos con sus padres.
“Los demandados estiman que identificar a todos los posibles niños (separados) (…) tomaría al menos 12 meses, y quizás hasta 24 meses”, dijo el Gobierno en el documento judicial emitido el viernes.
Añadió que aquellos lapsos podrían verse alterados por la eficacia del modelo predictivo estadístico, el tiempo que el personal podrá dedicarse a los chequeos manuales y por las reuniones de seguimiento deban realizarse.
En un comunicado divulgado el sábado, el abogado representante de ACLU en el caso, Lee Gelernt, dijo que el grupo se opone con firmeza al plan del Gobierno, al que acusó de no abordar las separaciones con la urgencia que se requiere.
jhs