El opositor Partido Laborista británico dijo el viernes que las conversaciones con el gobierno sobre el Brexit no lograron progresos, mientras que líderes europeos señalaron que la primera ministra Theresa May no los convenció de la necesidad de conceder una prórroga a la salida de Reino Unido del bloque.
May escribió a Bruselas el viernes pidiendo a los líderes de la Unión Europea un aplazamiento del Brexit -previsto para el próximo viernes- hasta el 30 de junio. Sin embargo, desde el bloque insistieron en que primero debe presentar un plan viable para garantizar que su acuerdo de divorcio es aprobado en el Parlamento.
Los laboristas, a quienes May acudió con reparos después de que los legisladores rechazaron tres veces su pacto, dijeron que el gobierno “no ha ofrecido un cambio o compromiso real” en tres días de conversaciones. “Instamos a la primera ministra a presentar cambios genuinos a su acuerdo”, indicó un comunicado.
El portavoz laborista para el Brexit, Keir Starmer, dijo que su partido quiere que las negociaciones prosigan, pero el estancamiento hace menos probable que May pueda presentar una estrategia clara ante los 27 líderes de la UE restantes en la cumbre que se celebrará el miércoles, mucho menos convencerles para que acepten su fecha de salida.
Cualquier prórroga exigiría una aprobación unánime del resto de miembros de la UE, quienes están cansados de la indecisión británica, y podría venir con condiciones.
El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, dijo a periodistas en Bucarest: “Si no podemos entender la razón por la cual Reino Unido está solicitando una extensión, no podemos dar una respuesta positiva”. La ministra alemana de Justicia, Katarina Barley, tuiteó: “Este juego en busca de más tiempo debe terminar”.
Las profundas divisiones en el seno del Partido Conservador de May y el gobierno, así como entre los laboristas, provocaron un maratón de votaciones en el Parlamento, en el que fueron rechazados escenarios que van desde un adiós a la UE sin periodo de transición a la cancelación de la salida.
El viernes pasado, May hizo lo impensable y pidió a los laboristas que negociaran con ella un pacto que pueda funcionar para ambos.
Con la esperanza de que esto satisfaciera a los líderes de la UE, escribió al presidente de la cumbre, Donald Tusk, proponiéndole un retraso hasta el 30 de junio y aceptando que Reino Unido pueda tener que celebrar elecciones al Parlamento Europeo el 23 de mayo, algo que esperaba poder evitar.
“El gobierno querrá acordar un calendario para la ratificación que permita a Reino Unido retirarse de la Unión Europea antes del 23 de mayo de 2019 y, por tanto, cancelar las elecciones al Parlamento Europeo, pero continuará haciendo los preparativos responsables para celebrar las elecciones si esto no fuera posible”, señaló la carta.
No obstante, parece haber escaso apetito en Bruselas por una prórroga que podría volver a poner el proceso al borde del abismo en tres meses. May ya pidió hace dos semanas un aplazamiento hasta el 30 de junio que ya fue denegado.
Tusk planea proponer una prórroga de un año, que podría ser reducida si Reino Unido ratifica el acuerdo de retirada, dijeron altos funcionarios de la UE.
“La única salida razonable sería una extensión larga pero flexible. Yo lo llamaría una ‘flextensión'”, dijo un funcionario de la UE. “Parece ser un buen escenario para ambas partes, ya que le da a Reino Unido toda la flexibilidad necesaria, al tiempo que evita la necesidad de reunirse regularmente para discutir nuevamente sobre la extensión del Brexit”.
jhs