Durante casi cuatro años, Tribilín formó parte de la familia Díaz, hasta que en un paseo dominical el perrito comió una salchicha con un clavo, acto que marcó su destino hacía la muerte. El 13 de enero pasado, cerca de las 16:00 horas, Pedro (quien relata su historia como advertencia para otros dueños) llevó a su mascota a pasear, como cada ocho días,a las áreas verdes de las unidades de Tlatelolco, donde reside.

“Casi nunca lo dejaba que anduviera sin correa”, relató a este diario, pero aquél día, ante la presencia de tantos perros, Pedro le quitó la cadena a Tribilín para que pudiera jugar a gusto.

La ley en la Ciudad de México marca que todo perro debe traer su correa cuando se encuentre en la vía pública, por seguridad de las personas que se encuentren cerca; sin embargo, en este caso, la correa pudo salvar la vida del animal.

 

Mientras los más de seis canes corrían de un lado para otro en el Jardín de la Pera, Pedro perdió de vista durante unos minutos a Tribilín, el cual regresó después de varios silbidos a los que lo tenía acostumbrado para responder a su llamado.

La noche caía sobre la Ciudad de México y regresaron a casa con toda normalidad; sin embargo, horas más tarde Tribilín no tenía la misma actitud de siempre; al revisarlo, Pedro notó que tenía calentura.

En una entrevista con 24 HORAS, Pedro Díaz, aseguró que al no ver mejora en el estado de salud de su “mejor amigo”, lo llevó al veterinario, donde le dieron una noticia que lo estremeció.

“La veterinaria sugirió una radiografía, ya que parecía algo gástrico (…), al obtener el resultado supimos que Tribilín había comido un clavo que al parecer estaba envuelto en lo que parecía una salchicha coctelera”, dijo.

Al realizar más estudios al canino, que llegó a la familia Díaz luego de adopción que Pedro y su pareja hicieron en un refugio, éstos arrojaron que el intestino y estómago de Tribilín habían sido perforados, por lo que tendría que ser intervenido de urgencia.

Tras dos horas de operación, la especialista salió del quirófano con la mirada hacia abajo, puso la mano en el hombro de Pedro, movió la cabeza en señal de negatividad y le dijo: “lo siento mucho”.

Desde ese día las cenizas de Tribilín reposan en una urna y el recuerdo de sus ladridos causa dolor a la familia Díaz; ahora Pedro acude con frecuencia a las áreas verdes de Tlatelolco, para recoger cualquier objeto que atente contra los canes: “No me imagino que clase de personas hacen ésto, dejar comida envenenada o con clavos”.

Consultada por este diario, la experta en casos de maltrato animal, Norma Huerta, aseguró que a lo largo de sus 25 años de activismo ha encontrado historias similares a la de Tribilín, que lamentablemente registran una cifra negra, ya que en la mayoría no hay un culpable que perseguir: “Pues quien lo hace lo realiza con cobardía y no da la cara”.

La también presidenta de la organización Mundo Patitas indicó que estos atentados contra los canes surgieron en España y después migraron a nuestro país, dónde en parques de la capital como el Hundido y el de los Venados, ha documentado casos en los que algunas personas han dejado vidrios en las zonas especiales para perros con el objetivo de dañarlos.

“Lo hacen porque, para estás personas, los canes representan una plaga, les molesta que algunos dueños no recogen las heces”, dijo.
Sin embargo, aseguró que ninguna justificación es válida para lastimar a un ser vivo a aprovechandose de su hambre.

Antecedente

En 2015, entre septiembre y octubre 18 perros fallecieron en el Parque México y el Parque España, en la en ese entonces delegación Cuauhtémoc, por consumir salchichas envenenadas.

Frase

“Antes de entrar (al quírofano) me despedí de él, porque la veterinaria nos dijo que era posible que no sobreviviera (…), le dije: gracias por todo amigo, te amo, perdón por haberte descuidado”
Pedro Díaz
Dueño de Tribilín

Congreso local Polemizan por propuesta contra canes en Puebla

La presidenta de la Comisión de Seguridad Ciudadana del Congreso de la Ciudad de México, Leticia Varela Martínez, invitó a la diputada poblana Cristina Tello Rosas a iniciar un diálogo para construir una agenda progresista de protección a los animales, al tiempo que estableció que es inaceptable su propuesta de eliminar a los perros callejeros por existir sobrepoblación y que han ocasionado enfermedades en la comunidad.

“Compañera diputada Cristina Tello, te invitó a que platiquemos sobre el tema, seguro cambias de opinión y podrías convertirte en una aliada del bienestar animal en Puebla. Tu opinión no es compatible con el compromiso de millones de mexicanos, incluido el presidente Andrés Manuel López Obrador, a favor del bienestar animal”, aseveró.