La nueva obsesión de la oposición acerca del mando de la Guardia Nacional se centra en la calidad de militar en activo o de militar retirado, en lugar de concentrarse en la capacidad de quien encabece este gran esfuerzo de la milicia del país.
La seguridad en México es cosa de vida o muerte, pero la oposición está muy entretenida en fijar su atención en las críticas al sistema y deja a un lado la responsabilidad de todo gobierno de proteger la integridad de sus ciudadanos, que en México es un clamor generalizado.
La condición más importante de la persona que encabece la Guardia Nacional es su conocimiento sobre la tarea que va a realizar. Es por ello por lo que resulta irrelevante que sea militar retirado o en activo, incluso podría ser civil, eso es lo de menos.
La reticencia que la oposición siente por los militares es injustificada. Los militares en México surgen del pueblo, tal vez por ello no se sientan identificados los panistas elegantes y alejados de las necesidades de la población, o los priistas que en nombre de una Revolución armada, donde gracias al nacionalismo de los soldados mexicanos tuvieron un papel protagónico, pero que posteriormente los militantes del tricolor, desprestigiaron y mancharon el movimiento revolucionario.
Los militares han sido acusados de violentar los derechos humanos, pero deben preguntarse los mexicanos: ¿Qué sector de la administración pública no se excedió en sus funciones en los regímenes del PRI y del PAN?
Si vemos desde la perspectiva de los gremios, de los funcionarios públicos, de los sindicatos adheridos al gobierno, los militares son la parte menos agresiva de la administración pública. Si hacemos historia la Secretaría de Gobernación reprimió con sus agentes mucho más que cualquier otra dependencia de gobierno, pero la oposición no distingue culpables o inocentes.
La Secretaría de Salud asesinó a muchos mexicanos por una negligencia que permaneció en secreto; la de Educación desapreció, torturó, encarceló a muchos profesores principalmente durante la época de Aurelio Nuño. Y así toda dependencia de gobierno durante los gobiernos del PAN y del PRI violentaron la integridad de los mexicanos, sus derechos humanos, su dignidad, pero la oposición considera que los militares son la principal causa de dichas ilegalidades.
Sólo puede darse cuenta en su miopía de contrincantes y enemigos que quiere exterminar para ocupar su lugar en el poder. Los mexicanos los hicieron a un lado porque conocen precisamente la adicción a los excesos, su tradición por los abusos, su falta de honestidad, su carencia de sensibilidad, su nula voluntad de servicio, etc.
Los militares están en los lugares donde la población los necesita. Los desastres son su campo de batalla y combaten el desamparo de sus conciudadanos. Pero la oposición, que quiere ver en cada soldado un peligro de golpe de estado o una amenaza a los derechos humanos, sólo puede ver desde un enfoque muy limitado la realidad de país.
La perspectiva de la actual oposición partidista ha visto la realidad de México a través de los anteojos del resentimiento. No ha mostrado otra actitud ni se ha dedicado a construir ni siquiera su propio peso para equilibrar la balanza ideológica. Su posición se vuelve crítica sistemáticamente sin analizar lo que cuestiona y tratando de desgastar a todo aquel que tenga ideas diferentes a las suyas, sobre todo si tienen la intención de transformar.
La Guardia Nacional, lo hemos dicho en este espacio, es una exigencia a gritos de la población del interior del país, donde tiene lugar el mayor número de sucesos violentos que ponen en peligro la integridad física y psicológica de los mexicanos; sin embargo, para la oposición la protección de la población no es un factor importante en sus proyectos, lo demostró por muchos años el PRI y lo subrayó el PAN con 12 años en el poder que fueron dedicados al exterminio de los mexicanos.