Omar Hasán al Bashir, Presidente de Sudán durante 30 años, fue derrocado y arrestado ayer tras un golpe de estado dirigido por las fuerzas armadas.
En un discurso en la televisión estatal, el ministro de Defensa, Awad Mohamed Ahmed Ibn Auf, anunció un período de dos años de gobierno militar, seguido por elecciones presidenciales.
Dijo que Bashir, de 75 años, estaba retenido en un “lugar seguro” y que un consejo militar ahora dirigiría el país. No dijo quién lo encabezaría.
Sentado en un sillón tapizado en oro, Auf anunció un estado de emergencia, un alto al fuego en todo el país y la suspensión de la Constitución. El espacio aéreo de Sudán se cerrará durante 24 horas y los cruces de fronteras también, hasta nuevo aviso.
El principal organizador de las protestas contra Bashir, la Asociación de Profesionales Sudaneses, rechazó los planes del ministro y llamó a mantener las manifestaciones afuera del Ministerio de Defensa, reveló una fuente del grupo.
Otras fuentes sudanesas dijeron a agencias que Bashir estaba en la residencia presidencial bajo “guardia estricta”. Un hijo de Sadiq al-Mahdi, jefe del principal partido de la oposición, el Partido Umma, dijo a al-Hadath TV que Bashir estaba retenido con “varios líderes del grupo terrorista de la Hermandad Musulmana”.
Bashir se enfrenta a una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por acusaciones de genocidio en la región de Darfur, durante una insurgencia que comenzó en 2003 y causó la muerte de aproximadamente 300 mil personas.
¿Quién sigue?
Entre los posibles sucesores están el ministro de Defensa, un ex jefe de inteligencia militar, también islamista, y el ex jefe del Estado Mayor del Ejército, Emad al-Din Adawi. Se dice que éste es el preferido de los vecinos regionales, que rechazan las inclinaciones islamistas de Bashir.
Miles de personas acudieron ayer en masa a una protesta antigubernamental frente al Ministerio de Defensa, mientras multitudes salían a las calles en Jartum, bailando y gritando consignas en contra de Bashir: “Ha caído, nosotros ganamos”.
Los manifestantes pidieron un gobierno civil y dijeron que no aceptarían una administración dirigida por militares, o por los asesores de Bashir.
LEG