Mientras nos ahogamos en el debate sobre las grandes tareas de la seguridad interior y todos los días surgen objeciones hacia la estrategia de seguridad pública del Gobierno federal, las grandes ciudades están padeciendo un nuevo flagelo: la delincuencia al menudeo, grupos de dos a cuatro delincuentes que asaltan, secuestran y lastiman a los ciudadanos.
Están en las calles. Varios lectores alertaron de pequeñas bandas que operan alrededor de la librería Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo, casi esquina con Universidad. Esperan a las víctimas, las abordan, las roban o se las llevan y piden rescates. Y hay otros: dos personas en una moto asaltan justamente en esa misma zona; hace pocos días un ex alto funcionario estuvo a punto de padecer el ataque, pero los delincuentes huyeron cuando se percataron que su potencial víctima traía escolta armada dentro de su camioneta.
Sobre Miguel Ángel de Quevedo, de Universidad a Insurgentes, operan varios grupos. La librería Gandhi se destaca por tener alta afluencia de visitantes con poder adquisitivo en la cartera. Los delincuentes están armados. Y a pesar de las denuncias, ninguna autoridad se ha presentado a patrullar.
A esta delincuencia al menudeo se ha sumado la operada por migrantes centroamericanos que se quedaron estacionados en la Ciudad de México y que andan por zonas residenciales con el pretexto de buscar alojamiento. En la zona de Chimalistac ya identificaron a varios salvadoreños. Y en zonas de Santa Fe alquilan departamentos por meses, pagados en efectivo por adelantado, para luego robar esos edificios.
El problema es que cuando atrapan a una pequeña banda, muchas otras siguen pululando. Las fuerzas de Seguridad Pública no pueden atender esa pulverización de la delincuencia. El problema radica en que pronto esas pequeñas bandas se articularan a los cárteles.
Zona Zero
El debate sobre la condición de militar del jefe de la Guardia Nacional no es importante: retirado o en funciones, llevará el enfoque de seguridad y disciplina que caracteriza a las Fuerzas Armadas. Lo explica bien Adela Navarro Bello, directora del semanario ZETA de Tijuana, en su texto en https://www.sinembargo.mx/10-04-2019/3564039, “Un mando militar no es militarización”.
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