Foto: Captura de video El grupo de hackers Anonymous envió una advertencia a Reino Unido, Estados Unidos y a "todos los que participaron en la captura del fundador de WikiLeaks", para exigir su liberación  

El grupo de hackers Anonymous envió una advertencia a Reino Unido, Estados Unidos y a “todos los que participaron en la captura del fundador de WikiLeaks“, para exigir su liberación.

 

“Liberen a Julian Assange o lo pagarán”, dijo el grupo a través de un video difundido en redes sociales. Anonymous calificó el arresto del programador y activista como un ataque sin precedentes contra el periodismo.

 

“Personas influyentes que representan a los gobiernos de Reino Unido, Estados Unidos y Ecuador han firmado este ataque sin precedentes contra el periodismo”.

 

 

Aseguraron que “la fuerza de internet” está por desatarse en contra de quienes participaron en la detención del fundador de WikiLeaks; además afirmaron que está por empezar una “revolución generalizada”.

 

“Cada uno de lo poderosos que haya firmado esta orden debería estar temblando, porque la fuerza de Internet está a punto de ser desatada en su contra”.

 

Los hackers dijeron que se había actuado en contra de su propia gente, ya que “creen que sus posiciones de poder” les otorgarían protección.

 

“Creen que sus posiciones de poder les otorgarán protección contra las consecuencias kármicas de la realidad, pero eso está por cambiar”.

 

Anunciaron que actuarán en consecuencia a la detención de Assange, ya que se expusieron como enemigos del pueblo.

 

El pasado jueves, la británica se llevó a rastras a Julian Assange de la embajada de Ecuador en Londres, después de que el país sudamericano puso fin de forma abrupta a siete años de asilo, allanando el camino para su extradición a EU por su papel en filtraciones de información clasificada.

 

Funcionarios de EU lo acusaron de conspiración apenas horas después de que el fundador de WikiLeaks, que tenía un aspecto frágil con el pelo y la barba blancos, fue sacado de la sede diplomática por al menos siete agentes que lo subieron a una furgoneta entre gritos de “esto es ilegal, no me voy”.

 

 

Con información de El Comercio y Reuters

 

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