Algo raro pasa aquí. El pasado miércoles estuve en los pasillos de los juzgados del Reclusorio Sur, donde se llevaría a cabo la primera audiencia en contra del general Eduardo León Trauwitz, ex subdirector de Salvaguardia Estratégica de Petróleos Mexicanos, es decir, la persona encargada de que no se robaran el combustible durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
En total, son 21 los imputados por el caso de robo de combustible, entre ellos el ex jefe de seguridad de Peña. La audiencia se aplazó porque había señalados que ni siquiera sabían de lo que se les acusaba –robo de hidrocarburos–, y mucho menos habían revisado la carpeta de investigación.
No así Trauwitz, quien llevaba un séquito de al menos cinco abogados e iba bien preparado para lo que surgiera.
“Vamos a esperar a la siguiente audiencia y a ver de qué se nos acusa, no?”. “Yo tampoco tengo idea”, comentó el general entre los representantes de medios de comunicación que siguieron de cerca el que podría ser el primer caso de corrupción judicializado del sexenio.
“He vivido meses de angustia”, señaló el mando castrense al que -recordemos- mandaron traer de Panamá, donde se encontraba como agregado militar y dejó entrever que se trataba de una persecución política por parte del gobierno lopezobradorista.
Uno de sus abogados, Roberto Luis García, aseguró que aunque tuvieron acceso a la carpeta de investigación, se las dieron incompleta, sin el último tomo. Exactamente -dijeron- no saben de qué se le acusa al general.
Entre los 21 imputados están mandos altos como Trauwitz, pero también gente de a pie que, aseguran, sólo cumplían órdenes de “arriba” y nunca cruzaron una palabra o una mirada con el general.
A estas personas, algunas que fueron traídas desde Veracruz, se les vio apenas con un defensor de oficio que pudieron conseguir de último minuto, mientras a Trauwitz lo defiende todo un despacho de muy alto nivel.
Me cuentan que los implicados de rangos bajos han señalado en la carpeta de investigación que recibían órdenes de abrir y cerrar tomas clandestinas. La defensa del general busca que estas acusaciones se hagan en presencia del ex titular de la Subdirección de Salvaguardia Estratégica, para ver si se mantienen en lo dicho.
En defensa de León Trauwitz, aseguran que esos mandos bajos, algunos incluso activos como agentes de seguridad, actuaban por su cuenta, y muy probablemente en contubernio con bandas de huachicoleros.
¿Chivos expiatorios? No lo sabemos, y menos si se siguen cometiendo estos desatinos como que todos los imputados no revisen la carpeta de investigación antes de ser citados o si es que se las dan, está incompleta.
En el baúl: siguen las llamadas desde el equipo de Comunicación Social de la Presidencia con el fin de amenazar a reporteros con quitarles la acreditación para acceder a las conferencias matutinas si no se apegan a un reglamento interno que, entre otras cosas, impide levantar la voz para cuestionar al Presidente. ¿No que la prensa se regula con la prensa, señor Presidente?