Foto: Reuters Los mismos funcionarios públicos son responsables, pero prefieren ignorar esa realidad y hasta cierto punto fomentan, si bien de manera indirecta, la emigración de sus conciudadanos  

El migrante del estado de Sinaloa, Carlos Hernández, afirmó que el principal ánimo que lo lleva a Estados Unidos, es que podrá enviarle dinero a su familia para atender muchas necesidades.

 

Entrevistado en el Centro Histórico de esta frontera de Sonora, comentó que quiere que su hija estudie todo lo que quiera, hasta hacerse profesional si quiere, que tengan para alimentarse bien y poder atenderse de la salud, cuando se enferman.

 

“En Sinaloa sí hay trabajo, hay mucha siembra en los campos, pero lo que ganas no te alcanza y menos si tienes varios hijos”, dijo.

 

Manifestó que espera llegar a la Unión Americana donde espera laborar en los campos agrícolas, porque así podrá cumplir esta situación, que es la que le da el principal ánimo.

 

Por otra parte, en una artículo de la revista “Portales”, el investigador de El Colegio de Sonora, Mario Cabrera, habló sobre la importancia de las remesas en la economía latinoamericana.

 

“Las remesas que envía la población mexicana y centroamericana, que se encuentra especialmente como indocumentada en Estados Unidos de América, constituye un pilar fundamental para la economía de estos países”, expresó.

 

Su impacto ha sido tan grande que se utiliza como un medio para mejorar las condiciones de vida de las familias receptoras, estabilizar las economías nacionales, así como herramientas de presión diplomática y política, comentó.

 

También para generar nuevas iniciativas públicas, e impulsar una serie de negocios que se dedican a ser intermediarios en el envío de las mismas, añadió.

 

La cantidad de dinero enviado por los migrantes indocumentados se ubica generalmente en los primeros rubros que fortalecen el Producto Interno Bruto (PIB) de estos países, afirmó.

 

En países como Honduras especialmente, las autoridades públicas vinculadas al tema muestran un profundo orgullo por el envío de remesas que hacen sus compatriotas que ingresaron a Estados Unidos, citó.

 

Pero olvidan que quienes envían ese dinero salieron de sus lugares de origen porque no existían opciones ni para obtener empleo para sostener a sus hijos, observó el investigador.

 

De lo anterior, los mismos funcionarios públicos son responsables, pero prefieren ignorar esa realidad y hasta cierto punto fomentan, si bien de manera indirecta, la emigración de sus conciudadanos, estimó.

 

Por ello, mediante las políticas económicas y sociales que aplican, analizó, ya que estos emigrantes se convertirán en los generadores de las remesas.

 

 

jhs