El sepelio de la periodista norirlandesa de 29 años, Lyra McKee, se llevó a cabo ayer en Belfast, en Gran Bretaña, en la catedral de Santa Ana, con la presencia de la primera ministra, Theresa May, y del presidente de Irlanda, Michael D. Higgins.

McKee murió la noche del jueves a tiros tras disturbios en la ciudad de Londonderry, en un ataque que conmocionó al territorio británico, vinculado a militantes nacionalistas irlandeses que rechazan el acuerdo de paz de Viernes Santo de 1998.

En las escaramuzas se lanzaron al menos 50 bombas molotov y dos vehículos fueron incendiados.

 

 

La periodista Lyra McKee falleció por disparos poco después de publicar una fotografía en Twitter de los actos de violencia, los que describió como “una absoluta locura”.

McKee, destacada como periodista del año en 2006 por Sky News, estaba escribiendo un libro sobre la desaparición de jóvenes durante las tres décadas de conflicto en Irlanda del Norte, que finalizó en buena parte con el acuerdo de 1998.

Dos jóvenes ya fueron arrestados como sospechosos de su asesinato.

Se trata de un caso de terrorismo, y la Policía responsabiliza al Nuevo IRA, grupo republicano disidente.

LEG