Nada más poderoso que la infancia para ilustrar sobre la esperanza.

La celebración dominical del Día del Niño encabezada en Los Pinos por la directora nacional del DIF, Rocío García Pérez, fue una multitud de estampas acerca de las posibilidades de una nueva generación para la cual la historia de la incipiente construcción de un nuevo régimen político puede ser sentida y tocada.

Dos pequeños de seis años conducen la ceremonia ante varios cientos de sus compañeros postmillennial y sus padres reunidos en uno de los jardines de lo que fue espacio exclusivo de mandatarios, sus amigos y sus familias hasta que el escenario fue abierto para todo el público por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Todavía no puedo creer que estemos en la casa de los Presidentes”, dice una adolescente a su madre antes de pasar por los torniquetes de una seguridad reducida a lo esencial.

Mientras se debate la Guardia Nacional, la inseguridad, el aeropuerto, las contradicciones reales o aparentes de los políticos, en este grupo etario importa conocer, jugar, gritar y recorrer la nueva oferta nacional de la identidad digna y respetable donde la infancia es un espacio de eternidad a la mano, pedagógicamente atractiva, compatible desde el Gobierno y de la mano de la sociedad que en 10 o más años constituirá el nuevo electorado nacional.

Niños y adolescentes de la orquesta sinfónica de Morelos entretienen a esas familias antes excluidas de la Residencia Oficial, los gritones de la Lotería Nacional ya vocearon los premios a sus coetáneos después de hacer girar la esfera simbólica que trata de reinsertarse en esta nueva generación.

El Ejército Mexicano y la Marina despliegan la oportunidad de hacer rapel, subirse a un miniparacaídas del cual quedan ilustrativa y lúdicamente suspendidos los pequeños, muestran a los pastores alemanes belgas entrenados para identificar sustancias tóxicas, se pasean los diferentes cuerpos especiales representados por soldados que conversan con niñas y niños sobre la labor de las Fuerzas Armadas.

En una treintena de módulos, instancias tan diversas como las Comisiones Nacional y Local de Derechos Humanos, la SEP, las secretarías federales y local de Salud, las secretarías dedicadas al bienestar social y a la inclusión o el Consejo Ciudadano presentaron, con diversos insumos, las oportunidades de iniciar una relación con lo individual, que es al mismo tiempo una iniciación sobre lo público.

Familias enteras, convencionales o no, numerosas o solamente de dos integrantes, hacen fila en los stands donde se imponen dos gigantescos inflables representados con respeto por el género a una mujer y a un hombre de las Fuerzas Armadas para las cuales aquí hay un espacio a favor de una ejemplaridad de la vida muy distinta a las polémicas sobre las instituciones mexicanas más confiables, de acuerdo a la multimedia y ratificada encuesta correspondiente.

El Día del Niño de este 2019 es el primero de una nueva etapa en que Los Pinos no es exclusivo, las Fuerzas Armadas son visiblemente ejemplares, las instituciones tienen una oferta programática y lúdica y el país tiene esperanza sin que deje de tener debate.

@guerrerochipres