Según un estudio de 2018 realizado en 26 países, la mayor amenaza para los mexicanos es el cambio climático. El 80 % de los encuestados puso dicho problema muy por encima de otras situaciones potencialmente percibidas como amenazas, como el “poder e influencia de EEUU” (64 %); la “condición de la economía global” (63 %); “ciberataques de otros países” (60 %); y el “programa nuclear de Corea del Norte” (57 %). Ese 80 % pone a México como el quinto más preocupado por el cambio climático entre los 26, solo superado por Grecia (90 %), Corea del Sur (86 %), Francia (83 %) y España (81 %) (Pew Research, 2018).

 

Asimismo, otro estudio de 2017 realizado en México detectó que 91 % de los mexicanos dijo estar “preocupado” por el medio ambiente en el país, siendo los millennials el grupo más intranquilo con el tema (6 de cada 10). Por áreas, las preocupaciones de la población en general con respecto a la agenda ecologista fueron el “calentamiento global” (37 %); “la contaminación del aire” (12 %); “la contaminación del agua” (12 %), el manejo de la basura (10 %), y “la pérdida de la capa de ozono” (8 %) (Kantar TNS – Páginas Verdes, 2017).

 

Hoy, la agenda ecologista reúne dos cosas necesarias para impulsar un cambio drástico de políticas públicas en una democracia: primero, como muestran estos dos ejemplos, la opinión pública en México asume los problemas del medio ambiente como fundamentales; y segundo, ya tenemos información científica suficiente (gracias a organismos internacionales e instituciones públicas en países desarrollados) para empezar a actuar contundentemente.

 

En otras palabras, el gobierno federal, los locales, así como las empresas nacionales y las internacionales con presencia en México, ya no tienen excusa para no aplicar ciertas políticas ambientales urgentes. Ni en privado ni ante medios de comunicación podrán decir “las medidas pueden resultar impopulares y afectarnos (en votos o en ganancias)” o “necesitamos más estudios para actuar”, sin quedar como sujetos egoístas e irresponsables, totalmente alejados de la opinión mayoritaria de la sociedad mexicana.

 

Por este contexto, es muy importante que desde la política partidista y parlamentaria se de esta lucha. Necesitamos que uno de los principales partidos en México haga de la agenda ecologista una de sus principales banderas. Además de que ya sabemos que sería algo rentable electoralmente (punto importante para un partido), es más que necesario que el país entre de lleno al siglo XXI en este asunto y busque encabezarlo a nivel Latinoamérica.

 

Para el gobierno federal y MORENA no es prioridad. La apuesta por la contaminante industria carbonera; el negativo impacto ecológico del Tren Maya; y la cancelación de la cuarta subasta eléctrica para energías limpias, son ejemplos de cómo López Obrador desdeña la agenda. Asimismo, sus aliados del Partido Verde tienen muy poca legitimidad ante el tema, ya que no se han manifestado por estas tres decisiones del gobierno federal (punto que recalca que el Verde es más un negocio que un partido de convicciones reales).

 

El PRI, PAN, Movimiento Ciudadano o el PRD podrían buscar encabezar (y, por ende, apropiarse de él a ojos del electorado) de los temas ecologistas ahora que, justamente, el Verde se está tragando los sapos contaminantes que el presidente apoya. Si te interesa un futuro menos inhóspito para México, o solamente te enoja que se usen empaques no biodegradables para envolver alimentos que no los necesitan, pidamos a los partidos que asuman, con verdadero compromiso a mediano y largo plazo, la urgente agenda ecologista.

@AlonsoTamez