Tras la muerte de Aideé, CCH regresa a clases

Una manta de color blanco, colgada en una de las puertas del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente, recibió ayer, luego de una semana sin clases, a los estudiantes del bachillerato, recordandoles la muerte de Aideé Mendoza, la joven de 18 años que recibió un impacto de bala mientras estudiaba matemáticas en el plantel, la semana pasada.

“Cuando se esclarezca el asesinato de Aideé, podamos venir seguros a la escuela. Efraín, deje su cargo, sólo así volveremos a la ´normalidad´ que pide la UNAM”, rezaba el mensaje.

En un recorrido realizado por 24 HORAS, se constató que los guardias de seguridad internos les pedían a los estudiantes del plantel enseñar su credencial para ingresar a las instalaciones; a la vez que sintonizaban una pequeña televisión portátil.

“A nosotros únicamente nos han girado instrucciones las autoridades del plantel y de la UNAM de solicitarles a los muchachos que muestren sus credenciales; mas no de revisarles sus mochilas u otras pertenencias”, dijo uno de los vigilantes.

A unos metros de la puerta principal, en una patrulla estacionada, un agente de la Policía vigilaba los alrededores: “Aquí estoy, al pie del cañón cuando se me requiera por parte del personal de la escuela”, manifestó el agente.

Cuestionado por este diario, Maximiliano, alumno de la escuela, afirmó que “el ambiente se siente muy raro; algunos, no todos, se sienten desconfiados, y es que no es suficiente que solamente pidan la credencial para ingresar al plantel… que de por sí en su interior hay muy poca seguridad”.

Por su parte, Concepción, madre de Maximiliano, a quien acompañaba ayer, aseguró que está “muy decepcionada de este plantel, hay poca seguridad, a los alumnos los asaltan afuera; ya me da miedo que mi hijo venga”.

El 29 de abril, la alumna Aideé Mendoza, de 18 años de edad, falleció luego de recibir un balazo que, según los peritajes, se habría tratado de una bala perdida, posiblemente disparada desde el exterior del plantel.

LEG