Foto: Reuters En los últimos 10 minutos, los visitantes carecieron de reacción por la conmoción que les causó su debacle y la determinación del Liverpool  

Liverpool logró la hazaña y superó 4-0 a Barcelona (4-3 global) en el encuentro de vuelta de las semifinales de la Champions League para conseguir su pasaporte a Madrid, donde el 1 de junio disputará la final del torneo europeo por segundo año consecutivo.

 

El belga Divock Origi abrió el marcador y logró el primer gol de su carrera en el certamen europeo al minuto 7; al 79 selló la serie. Mientras el holandés Georginio Wijnaldum le dio vida a Anfield Road al 54 y al 56.

 

Además del resultado adverso con el que llegaron a la vuelta, el cuadro inglés tuvo que reponerse a las bajas del egipcio Mohamed Salah y el brasileño Roberto Firminho, a quienes el entrenador Jürgen Klopp reemplazó por el suizo Xherdan Saquiri y Origi.

 

 

La anotación que prendió todo Anfield cayó en el amanecer del encuentro, después de un rechace erróneo del lateral Jordi Alba que culminó con un disparo de Henderson atajado por ter Stegen, pero el rebote le quedó a Origi, quien definió con el arco vacío.

 

Los “Reds” continuaron su juego con intensidad y eso le dejó espacios a los blaugranas; sin embargo, el portero Alisson salvó a su aquipo en los remates de Lionel Messi y Philippe Coutinho.

 

Las lesiones de Jordan Henderson y Andrew Robertson le dieron una pausa al duelo, y si bien en ambos casos tuvieron que ingresar las asistencias médicas, los dos jugadores continuaron en el partido.

 

En tiempo de compensación, Barcelona pudo finiquitar la serie, pero Allison nuevamente conservó su valla en cero tras atajar un remate de Jordi Alba.

 

Wijnaldum ingresó en el comienzo de la segunda mitad y en 11 minutos se convirtió en el héroe tras conseguir los goles que igualaron la serie.

 

Primero venció a ter Stegen con un remate raso, precedido por otro error en la zona baja de los “culés”. Un par de minutos después se alzó en el área y conectó un cabezazo sólido que dejó inmóvil al portero alemán.

 

Cuando el partido parecía equilibrarse, Trent Alexander-Arnold aprovechó que la defensa de Barcelona estaba distraída para mandar un centro raso que Origi definió ante el intento de reacción de ter Stegen y Gerard Piqué.

 

En los últimos 10 minutos, los visitantes carecieron de reacción por la conmoción que les causó su debacle y la determinación del Liverpool.

 

DAMG