Las calificadoras de riesgo deben ser “responsables y serias” al evaluar a la petrolera estatal Pemex y ver los esfuerzos que está haciendo el Gobierno mexicano para que la empresa cumpla con sus inversiones y compromisos, dijo el viernes la secretaria de Energía.
Varias agencias han puesto bajo la lupa a la petrolera más endeudada del mundo y han advertido que podría perder su grado de inversión debido a su persistente flujo de caja negativo y la necesidad de ingentes inversiones en exploración y producción para reponer sus declinantes reservas.
Pero el presidente Andrés Manuel López Obrador ha acusado a los gobiernos “neoliberales” que le precedieron de arruinar a la firma -que tiene una deuda financiera de 106 mil 500 millones de dólares- y de haber arrastrado la producción de crudo a mínimos en décadas por la rampante corrupción en la empresa y el país.
La secretaria de Energía, Rocío Nahle, dijo a Reuters estar en desacuerdo con las críticas de algunas calificadoras al plan para destinar hasta 8 mil millones de dólares en la construcción de una refinería de Pemex, en vez de invertir en áreas clave y en rehabilitar las otras deterioradas seis refinerías.
“Las calificadoras no pueden bajar o subir (la nota) de acuerdo a intereses políticos”, dijo en una entrevista telefónica. “Las calificadoras deben de ser muy responsables y serias y nosotros apelamos a eso”.
“Si Pemex no estuviera cumpliendo sus pagos, no estuviera cumpliendo sus metas de inversión, si no se estuviera haciendo todo el esfuerzo que está haciendo el Gobierno tendrían razón, pero no tienen razón”, agregó, detallando que tanto ella como directivos de la firma se han reunido con algunas agencias.
ESFUERZOS POR NO AUMENTAR DEUDA
Nahle, quien afirma que Pemex requiere de inversión pública y privada para apuntalar la producción de hidrocarburos, recordó que los gobiernos anteriores dispararon la deuda incluso en los años de mayor producción y mejores precios del crudo.
“En todo este recorrido pues no vimos a las calificadoras tan nerviosas”, dijo la secretaria, que asumió el cargo en diciembre. La deuda de Pemex saltó desde unos 60 mil millones de dólares en 2012, cuando llegó al poder el expresidente Enrique Peña, hasta 106 mil millones al final de su gestión.
La funcionaria dijo que las agencias debería tomar en cuenta que Pemex, como se prometió, no recurrió a deuda nueva en el primer trimestre, que fue reducida su carga fiscal y que ya se cuenta con dinero para iniciar la construcción de la refinería.
“Todas esas acciones deben de beneficiar la calificación de Pemex”, sostuvo.
López Obrador dijo en marzo que las calificadoras están “castigando” a México por el neoliberalismo que le precedió, luego de que Standard & Poor’s revisó la perspectiva crediticia del país y de Pemex al considerar “insuficiente” un plan del Gobierno de inyectar a la firma 3 mil 900 millones de dólares.
Un mes antes, Fitch había reducido la calificación de la estatal y mantenido la perspectiva en negativa, lo que puede llevar a otras bajas en el futuro.
El presidente anunció el jueves que fue declarada desierta una licitación, en la que solo participaron firmas extranjeras, para elegir al constructor de la nueva refinería. Algunos bancos y calificadoras dijeron que el proyecto podría dilatarse y tener mayores costos si lo asume el gobierno y Pemex, como se anunció.
jhs