Elementos de la Policía Bancaria e Industrial (PBI) que vigilan diversas estaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro se manifestaron en favor de contar con mejores instrumentos, como pistolas Taser o inmovilizadores eléctricos, que les permitan enfrentar agresiones de usuarios, vagoneros y delincuentes.
Ante el caso de un policía auxiliar que la murió arrollado por un convoy del Metro en la estación Bondojito de la Línea 4, luego de que un sujeto, presuntamente drogado, lo aventó a las vías, los uniformados comentaron la necesidad de contar con armas no letales para repeler algunos ataques.
Ese no es un caso aislado, ya que el 10 de abril un grupo de vagoneros agredió a cinco elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana en la estación Nezahualcóyotl del Metro, luego de que intentaron desalojarlos. En redes sociales se difundió el video donde los ambulantes golpean a los oficiales al interior de un vagón.
“Creo que es urgente que se nos capacite en el uso de inmovilizadores y otros recursos para evitar casos como la muerte del compañero en la estación Bondojito”, dijo José Hernández, oficial de la PBI, quien vigila andenes en una estación de la Línea 2.
Sin embargo, consideró que para la utilización de las llamadas “pistolas Taser” o de descarga eléctrica se requiere un curso de capacitación para saber exactamente en qué situaciones se pueden utilizar y contra qué tipo de personas, a fin de evitar problemas legales por algún tipo de uso excesivo de la fuerza.
“Pedro”, quien pidió el anonimato y es policía auxiliar que trabaja en la estación Pantitlán, coincidió en la necesidad de nuevos instrumentos ante el aumento de agresiones entre pasajeros, hacia las mujeres, pero también de vagoneros, asaltantes y usuarios en general en contra de policías y vigilantes en el STC.
Las “pistolas Taser” que son utilizadas por policías en países como Estados Unidos, Francia, Australia, Argentina e Inglaterra interfieren en el sistema nervioso muscular e inmovilizan al sujeto con descargas eléctricas hasta 50 mil voltios. Hay dos tipos: las que lanzan dardos y las que cuentan con electrodos que disparan una corriente eléctrica.
En naciones como Estados Unidos y Argentina se han registrado debates sobre la conveniencia o no de utilizar este tipo de trecursos. En Buenos Aires, en enero de este año, el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH) y la Agrupación Bordó del Subte rechazaron la utilización de policías y vigilantes de Taser en el Red Subte (Metro).
“La sola idea de un disparo de 50 mil voltios al interior de un vagón del subte o en algunos de sus atiborrados pasillos nos causa horror”, destacaron los opositores a este tipo de armas no letales por parte de la policía argentina, y recordaron que existe un recurso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en contra de las autoridades de Buenos Aires por el uso de dichos inmovilizadores eléctricos.
Al respecto, el secretario de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, Jesús Orta Martínez, luego de la agresión tumultuaria de vagoneros a policías en la estación Nezahualcóyotl, comentó que se analiza la utilización de nuevas herramientas y técnicas, incluyendo inmovilizadores eléctricos, para que los uniformados puedan mejorar la seguridad de la capital.
Adelantó que se contempla dotar a los policías que vigilan el Metro, y en general la capital del país, de herramientas “como el tema del uso de aparatos de electricidad, cordones y una serie de cosas que se utilizan, técnicas para sometimiento”.
El marco legal en México para este tipo de inmovilizadores o pistolas eléctricas señala que la Secretaría de la Defensa Nacional, a través de la Dirección General del Registro Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivos, advierte sobre la venta y uso de esos artefactos que funcionan a través de corriente eléctrica.
Dichas armas “están limitados exclusivamente a las fuerzas de seguridad pública a nivel federal, estatal y municipal de México”, por lo cual su venta a civiles está prohibida.
Sin embargo, ante el clima de inseguridad en la Ciudad de México y en otras regiones del país, la venta de los llamados “inmovilizadores eléctricos” o “pistolas Taser” se da sin ninguna restricción en diversos sitios de Internet, incluso en algunas zonas de la capital, por precios que van de los 250 a los 35 mil pesos, de acuerdo con su capacidad de voltaje, calidad y tamaño.
dpc