Una vez que se confirmó que el incidente con el automóvil del columnista Héctor de Mauleón no fue una agresión por sus revelaciones del narco en la Ciudad de México, algunos datos llamaron la atención sobre el funcionamiento de su escolta.
1. La escolta del periodista poseía un arma de calibre 9 mm de uso exclusivo del Ejército. Se trataba de un ex militar. Sólo que los militares retirados tienen permiso para portar arma de defensa personal, no para alquilarse como escolta. El calibre permitido para escoltas es .380.
2. Los militares retirados no tienen capacitación como escoltas, a menos que se den de alta en alguna empresa privada de seguridad y pasen por todos los entrenamientos.
3. Un escolta que opera como chofer no puede permanecer dentro del auto porque disminuye su movilidad ante cualquier intento de robo o agresión, y menos con una ventanilla abajo. El chofer-escolta de De Mauleón cometió ese error estratégico: debió de permanecer a distancia del auto para disminuir ataques en caso de robo. Dentro del carro y con ventanilla abajo fue una invitación al robo.
4. Los escoltas profesionales tienen entrenamiento sobre las razones de temor de su protegido. De Mauleón es de sobra conocido por su revelación de bandas en la Condesa, su zona habitacional; por tanto, su escolta debió de tener mayores precauciones por estacionarse en una calle denunciada por su jefe como plaza controlada por delincuentes.
5. Los escoltas están autorizados a defender con arma de fuego a su protegido y pueden reaccionar con su arma de fuego ante una agresión de delincuentes. Los agresores le pidieron las llaves para robarse el auto. El escolta reaccionó como militar, no como escolta civil, matando a un asaltante e hiriendo a otro. Un escolta sólo dispara al cuerpo de un asaltante cuando agrede físicamente a su protegido.
Zona Zero
Una nota del sitio animalpolitico.com revela que Marina y la PF no le dan efectivos a la Guardia por falta de leyes reglamentarias. Por eso militares sólo con gafete de la GN andan ya desplegados. Lo de menos es el desorden legal; lo importante es la falta de planeación programática para construir el nuevo cuerpo de seguridad que podría salir tarde, parchado y acotado.
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