La Confederación Internacional de Trabajadores (CIT) será autónoma, independiente, con puntos de vista propios y tendrá enfrente un gobierno democrático, progresista, con el que encontrará muchas coincidencias y sobre las disidencias, se discutirán, analizarán y prevalecerán las mejores ideas que haya, aseguró su dirigente, Napoleón Gómez Urrutia.
El dirigente obrero dijo que coincide con el proyecto de transformación del gobierno federal, pero la CIT no se someterá al presidente Andrés Manuel López Obrador ni fue creada como una “agencia” del Ejecutivo.
El controvertido senador por Morena aclaró que se trata de una organización que “nació de abajo”, con comentarios, opiniones diversas y críticas por su interés de participar en el cambio, “porque finalmente a uno lo acusan de muchas cosas”.
En su opinión, la idea de una central obrera sometida no le interesa al mandatario “y ya lo ha dicho varias veces: ni tener un sindicato o un líder a modo, que se preste a todas las decisiones que quiera tomar, pero tampoco creo que la Confederación Internacional de Trabajadores lo haría”.
La oficina del senador está en el piso cuatro y es vecino de Martí Batres, presidente de la Mesa Directiva. En medio de una apretada agenda que incluye una cita con el publirrelacionista Carlos Salomón Cámara, el dirigente minero charló con Notimex.
“Napo” (detesta que le digan “Napito”) se encuentra relajado. Viste pantalón de mezclilla, saco y corbata, y en uno de los puños de su camisa tiene bordada la frase “Los Mineros”. En una pequeña sala tiene dos banderas, la de México y la del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana, en cuya dirigencia relevó a su padre, Napoleón Gómez Sada.
El dirigente del sindicato minero descarta que vaya a ser como el líder obrero Fidel Velázquez, quien se volvió uno de los pilares del sistema de gobierno con el PRI, cuando fue secretario general de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
De hecho, criticó a la dirigencia cetemista por no haberse inconformado con los gobiernos durante más de 30 años de políticas neoliberales, pues asegura que el salario se ha depreciado en al menos 70 por ciento a un “elevadísimo” costo social que pagan los trabajadores y sus familias, “y eso es lo que estamos tratando de evitar que vuelva a suceder”.
Aseguró que la CIT será autónoma, independiente, con puntos de vista propios y tendrá enfrente un gobierno democrático, progresista, con el que encontrará muchas coincidencias y sobre las disidencias, explicó que se discutirán, analizarán y prevalecerán las mejores ideas que haya.
“Vamos a caminar juntos en muchas cosas, avanzar en todas las coincidencias y en las que creemos que quizá sean riesgos para la democracia sindical, para la libertad, igual las señalaremos y las platicaremos”, prometió.
Durante la charla, Gómez Urrutia presume su libro “El Colapso de la Dignidad”, que hace un par de semanas le regaló al presidente Andrés Manuel López Obrador con todo y dedicatoria, así como dos gorras de los Medias Rojas de Boston.
También muestra un par de pelotas de béisbol firmadas en 2006, cuando inició su autoexilio de 12 años en Canadá, luego de la explosión registrada en la mina Pasta de Conchos, en Coahuila, y de ser acusado de un fraude millonario.
Recordó que una de las pelotas fue firmada en presencia de sus compañeros mineros en Piedras Negras, Coahuila, y en ese entonces pensó si regresaba a la Ciudad de México o se iba a Canadá, y le recomendaron que se fuera, porque podía hacer más por el gremio en el extranjero que estando detenido.
De buen ánimo, sin prisas, el legislador dijo que la CIT tiene el reto de unificar y llenar el vacío que hay en la política sindical del país por organizaciones que quedaron desprotegidas, desamparadas, excluidas; y líderes que han sido sometidos muchos años a las políticas de cualquier signo político e ideológico, que los “seduce” el Poder.
Gómez Urrutia asegura que el liderazgo de la CIT le llegó de forma natural al asumir la presidencia de la Comisión del Trabajo y Previsión Social del Senado, pues organizaciones, sindicatos y federaciones lo buscaron para formar una nueva organización “democrática, transparente, que unificara en lugar de dividir más a los sindicatos.
“De hecho, yo no pensaba liderarla; sí coordinarlos, ayudarlos, apoyarlos, pero de repente dicen que quien mejor que usted nos represente. Y me eligen presidente”, relató.
De esa manera inició el surgimiento de la CIT, que ahora agrupa no sólo a trabajadores de la industria manufacturera y de transformación, sino de sectores de salud, educación, productores cinematográficos y sindicatos de producción que buscan crear esta nueva alternativa con él a la cabeza.
La organización, explicó, buscará encabezar el cambio hacia la democracia sindical, la justicia laboral y la transparencia, e incorporar a los trabajadores a un nuevo modelo de desarrollo económico, donde haya un mayor bienestar para ellos y para todos los mexicanos.
Dijo que la reforma laboral incluyó cambios “históricos” que permitirán equiparar a los sindicatos con los de muchos países y la CIT aprovechará las relaciones creadas, la solidaridad, experiencia y conocimiento de ellas en su estrategia de lucha.
“El mundo está globalizado. No es solamente que los empresarios se globalicen. Los sindicatos también se deben globalizar en alianzas. No para que extranjeros dirijan sindicatos mexicanos, eso no porque ni está permitido en la ley, simplemente para intercambiar esos acuerdos y alianzas estratégicas de solidaridad, de experiencias comunes que son muy enriquecedoras”, apuntó.
jhs