París, Francia.- En las elecciones que se celebrarán en el Viejo Continente el próximo 26 de mayo, además de la renovación del Parlamento con sede en Estrasburgo, está en juego la estabilidad de muchos de los Gobiernos que integran la Unión Europea, entre ellos Francia, en donde la extrema derecha aparece al frente de los principales sondeos de opinión.
De acuerdo a los datos más recientes del tracking elaborado por la empresa IFOP, las noticias no son nada alentadoras para el Presidente francés, Emmanuel Macron. La lista que representa a los intereses de la lideresa ultraderechista, Marine Le Pen, se ubica en primer lugar en las preferencias de los electores galos, con 24% de las intenciones de voto, mientras que el partido La República en Marcha, del actual mandatario, se ubica un punto atrás, con 23%.
Con los demás partidos conservadores, de izquierda y ecologistas alejados de los dos punteros, la disputa Macron-Le Pen puede tener varias lecturas. Es, para la extrema derecha francesa, una muestra de su vigencia en un país en el que las clases media y baja han roto sus vínculos con los círculos gubernamentales, como se ha visto desde noviembre pasado con el surgimiento de los Chalecos Amarillos y sus expresiones violentas de cada sábado.
A nueve días de la jornada electoral, este proceso es percibido como un plebiscito para la gestión de Emmanuel Macron, el joven Presidente que llegó al Palacio del Elíseo con un discurso transformador y como representante de una nueva generación de políticos, quien, sin embargo, no ha logrado aterrizar su proyecto de Gobierno. Una de las exigencias de los recientes movimientos sociales es la renuncia del primer mandatario, por lo que una eventual derrota lo colocaría en una situación de debilidad política para el resto de su mandato y de cara a los próximos comicios presidenciales de 2022.
Se trata de una elección en la que se enfrentan dos conceptos disímbolos en torno a Europa: por un lado, la construcción de un bloque sólido y coherente que pueda hacer frente a los renovados intereses de potencias como Estados Unidos, Rusia y China, y, por el otro, una visión nacionalista y proteccionista que se alimenta de los crecientes grupos extremistas en este continente.
Sólo una tercera parte de los electores que participan en este tipo de procesos lo hace por motivos europeos. El resto expresa a través de las urnas su sentir sobre la coyuntura interna. La presencia de la extrema derecha y los riesgos que ello representa para Francia y la propia UE hacen de las elecciones del próximo 26 de mayo un momento definitorio para este país.
La perseverancia de la familia Le Pen, con más de cinco décadas en el paisaje político francés, podría dar un paso importante la próxima semana en su, hasta hoy, imparable camino hacia la cúspide del poder. Ello debería prender las luces de alerta en la vieja Europa.
Segundo tercio. El diario Le Monde, en su editorial de ayer, habla del impasse en el que Estados Unidos se encuentra frente a la situación en Venezuela. Se subestimó al régimen de Maduro y sólo una transición negociada hacia nuevas elecciones podría representar una solución, afirma el vespertino. Como la Cancillería mexicana lo ha sostenido, el diálogo es la única vía.
Tercer tercio. Una gran pérdida para el Ejército Mexicano: la muerte del capitán Cresencio Torres. Quienes estuvimos cerca de él en estos últimos años fuimos testigos de su disciplina y profundo sentido de la lealtad. Una bala del crimen organizado acabó con su vida y nos ha privado de su presencia, pero no de su recuerdo. Descanse en paz, querido Capi.