Un cohete Katiusha cayó hoy en la fortificada Zona Verde en Bagdad, donde se ubica la embajada de Estados Unidos e instalaciones diplomáticas de otros países, sin que hasta el momento hayan sido reportadas posibles víctimas ni daños materiales, denunciaron militares iraquíes.

 

La embajada de Estados Unidos en Irak, así como su consulado en la capital regional de los kurdos iraquíes, ordenaron en los últimos días a todo su personal desalojar las instalaciones, excepto a los expertos en casos de emergencia.

 

Esto debido a que la administración del presidente estadounidense Donald Trump anunció esta semana el despliegue de fuerzas adicionales en la región para contrarrestar lo que considera como amenazas de Irán y las milicias que apoya ese país en territorio iraquí contra los intereses de Estados Unidos.

 

La Zona Verde, que en el pasado fue objetivo de atentados, es el área más fortificada y protegida de la capital, y en ella se encuentran las sedes del gobierno y el Parlamento de Irak, así como las legaciones diplomáticas de Estados Unidos y del Reino Unido, entre otras.

 

Los lanzamisiles múltiples Katiusha, uno de los símbolos de la victoria de la Unión Soviética sobre el nazismo, fueron probados desde 1941 y desde entonces se ha comprobado su eficacia contra grandes grupos de infantería y artillería.

 

Sin embargo, a pesar de la movilidad de la instalación, cuyas rampas de lanzamiento normalmente son montadas sobre camiones -lo que permite que se puedan retirar con rapidez para evitar el fuego de respuesta-, tiene como desventaja su poca precisión e incapacidad para destruir objetivos blindados.

 

La Zona Verde, en el centro administrativo de Bagdad, es considerada una zona de operaciones segura para civiles y contratistas estadunidenses, autoridades militares en Bagdad y el gobierno del Irak post-Saddam Hussein, respaldado por Washington.

 

Sin embargo, lo que se suponía era la parte más segura de la capital iraquí ha sido blanco de ataques letales. El área es “verde” para distinguirla de la Zona Roja en que se ha convertido el resto del país desde que la insurgencia anti-estadunidense cobró fuerza hace un año.

 

El nombre tiene como fin reflejar el nuevo rostro que se le dio a la ocupación de Irak en junio de 2004, con el traspaso de poder a los iraquíes de diplomáticos estadounidenses, mostrándoles el camino y las tropas extranjeras, y convirtiéndose en una “fuerza multinacional”.

 

Con una insurgencia cada vez más vigorosa, la zona sigue siendo lo que siempre ha sido: una burbuja de Estados Unidos en el centro de Bagdad, lo que ha alterado la vida de quienes se encuentran fuera de ella y que protege a quienes están dentro de la realidad cotidiana en Irak.

 

TFA