Los siguientes consejos de la doctora Hania González, especialista en Nutrición Clínica, te ayudarán a que tus hijos se alimenten sanamente y, al mismo tiempo, pasen un buen rato en familia:
1. Texturas y colores
Los niños responden positivamente cuando los colores, las texturas y aromas de los diferentes platillos estimulan su curiosidad. De acuerdo con especialistas en desarrollo infantil y estimulación temprana, los platillos coloridos tienen 40% más probabilidades de que se fijen en la memoria del niño como algo agradable. Algo similar sucede con las texturas. Tu hijo puede preferir alimentos crujientes o esponjosos, por ejemplo, y rechazar todo lo pegajoso. La clave está en descubrir cuáles le gustan más. También puedes enseñarle el aroma de algunas especias y plantas, como la menta o la albahaca, para estimular sus sentidos.
2. Formas y personajes divertidos
Una buena estrategia para despertar el interés de los niños y animarlos a probar cosas nuevas es presentarles la comida de manera llamativa, en forma de figuras que les llamen la atención. No olvides utilizar platos y vasos coloridos, así como manteles con sus personajes favoritos. Todo esto animará su imaginación y su disposición a comer mejor.
3. Déjalos jugar con la comida
De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría (AAP), el juego es una herramienta educativa básica en la vida de los niños, esencial para el desarrollo de sus funciones sociales, emocionales, cognitivas y físicas. Permitir que los niños toquen y manipulen la comida con las manos aumenta las posibilidades de que coman con gusto.
4. Todos a la cocina
Involucra a tus hijos en la preparación de sus propios alimentos. Pueden batir huevos, agregar ingredientes, encender y apagar la licuadora o mezclar con los dedos, por ejemplo. Estas actividades despertarán su interés por la comida y se emocionará una vez que prueben el resultado final.
5. Evita el aburrimiento
Procura que los platillos que ofreces a tus hijos sean variados y contengan ingredientes novedosos. Una estrategia divertida es acudir todos juntos al mercado y permitir que ellos elijan algunos alimentos. No olvides explicarles la importancia de escoger ingredientes sanos y nutritivos.
6. No lo obligues a comer de más
Las raciones deben ser adecuadas a la edad de cada niño, así como a sus características individuales. Si el niño está satisfecho, no le exijas que se termine todo ni lo regañes si no lo hace. La comida jamás debe ser objeto de premios ni castigos.
7. La comida: una oportunidad para convivir
Nada mejor para inculcar buenos hábitos alimenticios que convertir la hora de la comida en un momento agradable para toda la familia. Los padres pueden aprovechar este espacio para estimular la conversación con sus hijos y fortalecer el vínculo emocional con ellos. La mesa debe ser un espacio para fortalecer relaciones sanas, y nunca un campo de batalla.
LEG