Adilene Marquiina, una migrante embarazada, buscó refugio para no ser deportada, al interior de una iglesia en el suroeste de Chicago.
“No quiero separarme de mis hijos”, dijo el martes en la Misión Fe, Vida y Esperanza, donde se refugió con su familia. “No quiero que le pase nada a mi bebé cuando regrese”.
La madre que tiene un embarazo de alto riesgo, solicitó en 2015 asilo político debido a que un cártel de droga mexicano la extorsionaba; por lo que decidió cerrar el negocio familiar de donde llevaba el sustento a su familia.
A pesar de esto, un juez de inmigración le negó el permiso para permanecer en el país, después de cuatro años, por lo que tiene hasta este jueves para abandonar el país estadounidense.
Sin embargo, su mayor miedo es perder a su hija ya que tiene un embarazo de alto riesgo.
“No les importa la vida de mi hija”, dijo mientras sollozaba. “Ni siquiera se molestaron en mirar los documentos que proporcioné que dicen que no puedo viajar”.
Ante esta situación José Landverde, el reverendo de esta iglesia, ha ofrecido la parroquia a los migrantes que buscan un lugar de refugio.
“Cuando le damos santuario a Adilene y le damos la bienvenida al Evangelio, paramos como tres deportaciones con santuario. “Damos la bienvenida a Adilene a nuestro santuario”, dijo Landaverde.
DAMG