Una vez que un piloto se sube a un monoplaza de F1, es difícil que se aleja totalmente del automovilismo. Eso precisamente le pasó a Niki Lauda, quien después de su retiro en 1985, regresó a formar parte como directivo de la escudería Mercedes.
Durante los cuatro años que se llevó a cabo el Gran Premio de México (2015-2018), Lauda estuvo presente como el director deportivo de Mercedes, y siempre estaba dispuesto a atender a los medios de comunicación. Nunca se caracterizó por ser una persona muy amable, aunque jamás se negó a responder una pregunta.
“La afición mexicana es impresionante, quieren mucho a sus pilotos, y el Estadio (Foro Sol) es uno de los lugares más ruidosos en todo el campeonato. Creo que son unos seguidores con buen conocimiento, y le demuestran mucho cariño a todos los que formamos parte del mundo de la Fórmula Uno”, respondió Lauda a pregunta expresa de 24 HORAS cuando se llevaba a cabo el Gran Premio de 2016.
La vida de Lauda siempre se caracterizó por ser muy exitosa, tanto como piloto, como directivo, y el tremendo éxito de Mercedes en los últimos años, se debe en buena medida a la dupla de Niki Lauda con Toto Wolff.
“El Gran Premio de México siempre es uno de los más especiales para todos en Mercedes. A todos los lugares donde vamos nos tratan con mucho cariño. Hace unas horas estuvo Lewis (Hamilton) en una función de lucha, y regresó a contarme que estaba muy emocionado. Toda la gente que nos ve en el Autódromo nos regala una sonrisa, y aquí nos sentimos muy cómodos”, enfatizó Lauda hace tres años.
En la presente temporada Lauda ya no estaba directamente vinculado con Mercedes en cada una de las carreras, pero era accionista, y era un consejero que hablaba mucho con los dos pilotos del equipo.
“Cada que llega el Gran Premio de México sabemos que venimos a un país muy bello, y donde comemos muy bien. Cuando vamos a eventos privados, podemos charlar con la gente y se nota su amor por la Fórmula Uno”, comentó el tricampeón mundial.
El accidente que llegó al cine
Durante el Gran Premio de Alemania en 1976, con el circuito aún mojado por la lluvia, Lauda perdió el control en la última curva y su monoplaza estrelló de lleno contra el muro de contención. En instantes el Ferrari que conducía fue envuelto por las llamas y por si fuera poco un segundo auto lo impactó.
La magnitud del incidente fue tal que sus competidores Arturo Mezzario, Harald Ertl y Guy Edwards salieron de sus carros para auxiliar al piloto de Ferrari, a quien pudieron rescatar con graves daños como quemaduras de tercer grado en el rostro, cabeza y manos, además de importantes afectaciones en los pulmones por los gases de combustible inhalados y también perdió casi en su totalidad la oreja derecha.
Niki Lauda fue trasladado de emergencia al hospital con un estado de salud tan preocupante que incluso llegó un sacerdote a darle la extremaunción. Pero esto apenas era el inicio de la leyenda, pues apenas 40 días después regresó a las pistas y de nuevo estaba corriendo en su monoplaza aún con heridas sin curar.
LEG