Muchas actividades implican trasladarte de un lugar a otro. En los últimos años se ha incrementado el número de personas que viajan, ya sea por la apertura a mercados comerciales extranjeros o mejores tarifas en vuelos y hoteles.

 

Para muchos viajar es símbolo de descanso o disfrute, pero no lo es así en todos los casos y menos cuando se trata de viajes frecuentes laborales. Estar fuera de casa siempre supone un cambio sustancial de la rutina y esto puede llegar a ser muy difícil si estás interesado en mantener tu peso, tu salud o tu rutina de ejercicios o entrenamientos.

Maricarmen Osés, Experta en Nutrición Clínica, con estudios en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad Paulista en Brasil nos comparte varios tips sobre cómo balancear tus alimentación.

Factores que dificultan tener una alimentación correcta de viaje:

Desestructura de horarios (de comidas y de sueño)

Comidas fuera (en restaurantes, calle, lugares de comida rápida, aeropuerto)

Ayunos prolongados

Desajuste en ejercicio (por falta de tiempo, cansancio del itinerario o falta de un espacio adecuado)

Compromisos de comidas o bebidas de trabajo

Servibar en el cuarto

Desayunos buffets

Horas prolongadas de espera en aeropuertos o reuniones de trabajo

Porciones servidas mucho mayores a las acostumbradas en casa

 

La propuesta no es comer y viajar portándote perfectamente. Se trata más de comer y viajar sana e inteligentemente; además de encontrar cierta estructura en la desestructura del viaje. Lo importante es organizarse o tener ciertos rituales o reglas en tus viajes.

 

Preguntas importantes antes de viajar

1. ¿Cuánto tiempo vas a viajar? ¿En qué horarios lo harás?

2. ¿Necesitas llevar lunch o colaciones para el viaje?

3. ¿Vas a querer comer la comida del avión o comerás algo antes de subirte?

4. ¿Vas a tener tiempo de hacer ejercicio?

5. ¿Llevas el equipo necesario para hacer ejercicio?

 

Esto nos deja en el punto importantísimo de partida en donde la preparación es 50 % del viaje ganado. Sin duda, la regla número uno para no subir de peso viajando: a cantidad importa más que lo que comes.

 

Tips y recomendaciones:

Bebe un vaso de agua por hora de vuelo. Si no te gusta el agua puede ser agua con jugo de limón con poca azúcar o agua de coco.

Si vas a tomar refrescos que sea preferentemente acompañado de alimentos.

No esperes a tener mucha hambre para comer. Escoge colaciones sanas como fruta, yogur y ensaladas, y anticípate a pedir algo de comer saludable.
No abras ni pidas la llave del servibar.

Siempre ten en el cuarto algo de fruta y una botella de agua. Al despertar bebe un vaso de agua y come una naranja o manzana para nivelar la glucosa y para hidratarte.

Acudir al gimnasio del hotel, nadar o salir a caminar sí es posible. Por ejemplo, puedes tratar de levantarte más temprano para ejercitarte o caminar mientras esperas en la sala de abordar. Cualquier cosa que logres integrar de actividad física sirve.

Durante el vuelo, ponte de pie cada determinado tiempo (30 o 60 minutos), para estirar las piernas y caminar un poco.

Espera lo inesperado. Espera retrasos de vuelos, retraso de reuniones o citas y sé precavido, lleva contigo colaciones saludables y aparte un buen libro o revista para no depender siempre de la pila de tu celular.

LEG