No hay buenas noticias electorales para el Partido Acción Nacional. El PRI solamente tiene evidencia de que permanece en tercer lugar. Los demás partidos disputarán regionalmente el cuarto o quinto lugar, según el caso.

Las complicaciones de las oposiciones a Morena son gigantescas.

No solamente carecen de un liderazgo relevante que pueda proyectar su agenda de manera cotidiana y nacional.

Tampoco está de su lado la probabilidad de ser exitosos al bombardear algún proyecto de Gobierno, y después de hacerlo haber aumentado significativamente su audiencia.

No está en el corto plazo a la vista una sola causa que, asociada con un partido político específico, genere un eje de cohesión para de ahí proyectar una plataforma de acción política desde la cual se construya un incipiente proyecto que se insinúe como alternativa a las elecciones intermedias de 2021.

¿Cuánto mide entonces la oposición a Morena en cada entidad? Lo que sea la respuesta es insuficiente para desafiar el peso político de ese partido a nivel incluso regional donde antes, como en Puebla o en Baja California, claramente predominaba Acción Nacional.

¿Cuán pesa la crítica al presidente Andrés Manuel López Obrador? Lo que pese es, a juzgar por los resultados electorales de este domingo, bastante menor a lo que desearían las oposiciones.

¿Es un problema la hegemonía de Morena? Quiénes en esta condición subordinada de no pertenecer por ahora al centro de poder, habiendo sido beneficiarios de la hegemonía del PAN, del PRI e incluso de un segmento del PRD especialmente en la capital nacional, responden afirmativamente.

El riesgo, se nos dice, es el autoritarismo del cual algunos de ellos fueron beneficiarios en promociones federales y locales diversas cuando actuaron como parte de instituciones más o menos autónomas o de gabinetes de Gobierno. No aparecía como problema la corrupción de Gobiernos previos o su ineficiencia en materia de seguridad.

Por sí misma ninguna predominancia responde a los problemas. Si está acompañada de un claro diagnóstico, es llevada por liderazgos adecuados, conlleva un programa de operación, implica una manera de hacerse acompañar ciudadanamente de manera inteligentemente plural y es capaz de movilizar constructivamente a la población, esa predominancia adquiere trascendencia y eficiencia.

De ahí entonces que el problema no es y no puede ser la hegemonía de Morena ratificada este domingo en dos entidades tradicionalmente panistas que anuncia lo que puede ocurrir el próximo 2020 con 16 elecciones de gobernadores.

El problema para Morena es que algunos de sus elementos pudieran actuar para separarse de la opción fundamental de eficiencia de un Gobierno que debe entregar resultados en materia de progreso económico, independencia diplomática, seguridad y depuración de una vida pública donde existe aun impunidad y corrupción.

La ausencia de competidores creíbles a nivel nacional es una oportunidad para el partido en el Gobierno si su agenda cotidiana y de largo plazo se mantiene alrededor de esas naciones que le dieron el triunfo electoral y se contiene el arribo excesivo de actores que desde dentro pudieran detonar su posición.

@guerrerochipres