Las negociaciones entre México y Estados Unidos para evitar la imposición de aranceles a las importaciones mexicanas están estancadas por la propuesta de Washington para que cualquier migrante que le solicite asilo pueda hacerlo en el país latinoamericano, dijeron a Reuters dos fuentes.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó la semana pasada con imponer aranceles de un 5% a todos los bienes provenientes de México desde el 10 de junio, los que irán subiendo hasta que cese el flujo de inmigrantes ilegales.
Desde el miércoles, una delegación mexicana encabezada por el canciller Marcelo Ebrard está negociando con autoridades estadounidenses en Washington y, a pesar de que ambas partes han dicho que han avanzando, aún quedan temas por resolver, como la propuesta del llamado “tercer país seguro”.
“El acuerdo de tercer país (seguro) sigue siendo un factor de desacuerdo”, dijo a Reuters una fuente del Gobierno mexicano con conocimiento de las negociaciones. “Lo analizamos desde hace mucho y por eso siempre lo hemos rechazado”.
“Veremos si en los demás planteamientos logramos un acuerdo”, agregó otra fuente mexicana, quien solicitó el anonimato.
Ambos funcionarios coincidieron en que implementar el acuerdo de “tercer país seguro” implicaría un proceso regulatorio de al menos 90 días por los cambios legislativos.
Además, sostuvieron que las normas legales de ambos países para solicitar asilo no son compatibles “ni tenemos capacidad en Comar (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados)”.
México se ha negado en varias oportunidades a convertirse en un “tercer país seguro”. La propuesta supone que las personas que solicitan asilo en un país -en este caso Estados Unidos-, pueden recibir el mismo tipo de protección en otro país para aliviar los flujos migratorios.
En enero, ante la masiva llegada de migrantes -en su mayoría centroamericanos-, Estados Unidos implementó los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés) para que quienes entraron a su territorio por México sean retornados al país latinoamericano mientras aguardan audiencias migratorias.
A pesar de las medidas, los flujos de migrantes siguieron creciendo, y en mayo Estados Unidos dijo que el número de personas detenidas en la frontera con México alcanzó su máximo mensual en más de una década.
México ha dicho que la solución al problema migratorio es el desarrollo de El Salvador, Guatemala y Honduras y que la imposición de aranceles le complicaría contener el flujo migratorio por el impacto económico que tendría.
En la semana, sin embargo, México pareció comprometerse con algunas exigencias de Trump al anunciar el envío de 6,000 efectivos a su frontera sur -por donde cruzan la mayoría de los migrantes-, aprehender a dos de los principales organizadores de las caravanas de migrantes y bloquear varias cuentas bancarias presuntamente relacionadas con el tráfico de migrantes.
JMSJ