La ciudad está revolucionada y el ambiente se ha vuelto muy tenso en las últimas semanas.
La adopción de medidas anunciadas por Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, para compensar una de las tantas carencias que existen son decepcionantes.
Hace unos días presentaron el Plan de Reducción de Emisiones del Sector Movilidad y el Programa para mejorar la calidad del aire en la Zona Metropolitana del Valle de México.
El objetivo, según el gobierno de la ciudad, fomentar el uso del transporte público, reducir el uso del vehículo particular y disminuir 46% de compuestos orgánicos volátiles, entre otras cosas.
Los argumentos no convencen.
Dice la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum: “El objetivo es contar con mejores condiciones de movilidad en la Ciudad de México al finalizar 2024, a través de la reducción en los tiempos de traslado, el fortalecimiento del transporte público y la generación de otros medios para trasladarse, como la bicicleta”.
Las resoluciones anunciadas son la muestra de que jamás ha estado ante una situación de esta magnitud.
Llevamos años de crisis y seguimos escuchando lo mismo, más agregados: “Se contemplan 100 kilómetros de corredores exclusivos para transporte público, cuatro líneas de sistema Cablebús… expansión de sistemas de transporte masivo… incrementar la red de Metrobús… compra de 30 trenes… expansión de Línea 12 del Metro… mejora del Tren Ligero…Programa de Movilidad de Barrio con transporte de bajas emisiones”.
Es demasiado vago e inadmisible que mientras ronda el peligro en las calles, todos los días y a todas horas, Andrés Lajous, secretario de Movilidad, diga: “Estamos planteando colocar trampas de partículas en el transporte de carga superior a 3.5 toneladas que tenga placas de la Ciudad de México, una restricción de ingreso y circulación de vehículos de carga…”.
Y crece la indignación pública por lo burdo de las medidas del programa para mejorar la calidad del aire.
La Comisión Ambiental Metropolitana anuncia entre otras cosas: acciones que se llevarán a cabo en la industria, el transporte y el hogar, introducción de gasolinas menos contaminantes, inspección de gasolineras, uso de maquinaria nueva para construcción, retiro gradual de microbuses, diferenciación en hologramas de vehículos híbridos y eléctricos, así como denuncia ciudadana, campañas para verificar fugas y disminuir emisiones a través del uso de productos como aerosoles, aromatizantes, pinturas y esmaltes que contienen compuestos que se volatilizan.
La jefa de Gobierno y su equipo no se sienten en nada responsables por una situación que achacan únicamente al pasado.
Dice la jefa de Gobierno que: “Esto se hace porque llevamos 15 años de atraso en las normas de vehículos nuevos”.
Marchas, asaltos y muertes en el transporte público son el plus de estos programas del Gobierno de la Ciudad de México.
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