Las cenizas de Norberto Ronquillo Hernández descansan ya en paz en Chihuahua, luego de que el joven de 22 años fue secuestrado el 4 de junio pasado, tras salir de la Universidad del Pedregal, en Tlalpan, al sur de la Ciudad de México; su cuerpo sin vida fue hallado en Xochimilco el domingo.
A las 7:50 horas de ayer, familiares y amigos del joven, vestidos de color blanco, recibieron con una cadena humana sus restos en el Aeropuerto Internacional Roberto Fierro, de la ciudad de Chihuahua.
Al abrirse las puertas de las llegadas nacionales, Norberto Ronquillo, padre, llevaba en sus manos la urna color marfil, con la imagen de la Virgen de Guadalupe, con las cenizas de su hijo; a un lado de él caminaba la mamá, Norelia Hernández, y el hermano de Norberto.
La familia rompió en llanto tras el recibimiento de las personas que, con pancartas en mano, comenzaron a gritar: “¡Nos falta Norberto!”, “¡nos faltan muchos!”, “¡exigimos justicia!”. Tras el recibimiento, una caravana se trasladó a la comunidad de Meoqui, unos 80 kilómetros al sureste de la capital del estado, donde se inició la jornada de homenaje y conmemoración de su vida, la cual fue sesgada por las manos de sus secuestradores.
El alcalde de Meoqui, Ismael Pérez, decretó desde el lunes tres días de luto en la comunidad y ordenó la suspensión de actos festivos y colocar moños negros.
El cortejo fúnebre, encabezado con las cenizas de Ronquillo, llegó a Meoqui a las 13:00 horas. La Policía cerró el paso a los vehículos en las calles del centro de la ciudad para permitir el avance de la gente que con pañuelos blancos despedían el cortejo fúnebre hasta la iglesia de San Pablo Apóstol, donde la madre de Norberto, Norelia Hernández, se desmayó a las puertas de la iglesia, donde se realizó la misa en honor de su hijo.
Tras el servicio religioso, por la tarde se llevó a cabo una marcha, donde la gente portó veladoras, hacia el ayuntamiento para exigir justicia. Por la noche, los restos del joven fueron trasladados de regreso a la ciudad de Chihuahua, donde fueron colocadas en la cripta familiar.
Norberto Ronquillo estaba a punto de graduarse de la Universidad del Pedregal de la carrera de Mercadotecnia Internacional, en el sur de la capital mexicana, cuando fue privado de la libertad, presuntamente por un grupo de dos o tres personas.
La necropsia mostró que el joven había muerto de asfixia por estrangulamiento y el cuerpo presentaba “huellas de tortura e incluso golpes en el rostro que le rompieron el tabique nasal”, a pesar de que la familia pagó un rescate de 500 mil pesos.
Indagan participación de Las Pelonas y de entorno cercano
Por Juan Bermúdez
Fuentes cercanas al caso de Norberto Ronquillo Hernández, el estudiante de 22 años de edad secuestrado y asesinado, señalan que son dos las líneas de investigación principales: En primer lugar, la posible participación de un grupo delictivo dedicado al secuestro, conocido como las Pelonas, el cual opera al sur de la ciudad y es liderado por un sujeto identificado como el Barbas.
La segunda línea de investigación tiene relación con que “alguien” del entorno cercano a Norberto, una persona allegada o un familiar, puedo orquestar el plagio.
La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México ya sigue la pista de Las Pelonas, grupo señalado de secuestrar a estudiantes de escuelas privadas al sur de la Ciudad de México; presuntamente, aunque cobran el rescate, asesinan a sus víctimas.
jhs