Foto: Reuters Autoridades nigerianas aseguran que el atentado tienen el sello de Boko Haram, responsable de ataques suicidas contra objetivos civiles blandos, como mezquitas, mercados y estaciones de autobuses  

ABUJA. Al menos 30 personas murieron y 40 más resultaron heridas por un triple atentado suicida en una sala de entretenimiento en el norteño estado nigeriano de Borno, donde docenas de aficionados al futbol disfrutaban de un partido local por televisión, informaron hoy fuentes oficiales.

 

Los atentados, atribuidos al grupo islamista Boko Haram, se registraron la víspera, alrededor de las 21:00 horas locales (18:00 GMT) en la aldea de Konduga, ubicada a unos 25 kilómetro de la ciudad de Maiduguri, capital de Borno, noreste de Nigeria.

 

Usman Kachalla, jefe de operaciones de la Agencia Estatal de Manejo de Emergencias (SEMA), explicó que los ataques fueron casi simultáneos y realizados por atacantes suicidas con chalecos explosivos, quien se colaron entre los aficionados, reportaron News 24 y Al Yazeera.

 

Kachala dijo que la gran cantidad de víctimas mortales se debía a que los servicios de emergencia no habían podido llegar rápido al lugar de las explosiones y que no contaban con el equipo y personal suficientes para tratar con un gran número de heridos.

 

Ali Hassan, líder de un grupo de autodefensa local, informó que antes de las detonaciones uno de los atacantes había discutido con el propietario del lugar, porque le impidió entrar, argumentando que ya no había lugar. “Hubo una acalorada discusión entre el operador y el bombardero que se inmoló”, dijo.

 

Hasta la mañana de este lunes, ninguno grupo se ha responsabilizado del triple atentado en Konduga, aunque las autoridades nigerianas aseguran que tienen el sello de Boko Haram, responsable un sinfín de ataques suicidas contra objetivos civiles blandos, como mezquitas, mercados y estaciones de autobuses.

 

Boko Haram, que en lengua husa significa “la educación occidental es un pecado”, ha aterrorizado a la población del norte de Nigeria, perpetrando ataques contra la policía, escuelas, iglesias y civiles, además de bombardear varios edificios del gobierno y secuestrar a civiles.

 

Se estima que más de 27 mil personas han muerto, la mayoría civiles, y más de 2.5 millones han abandonado sus hogares a consecuencia de la violenta lucha del grupo extremista para tratar de imponer un Estado islamista en el norte de Nigeria e imponer la Sharia (ley islámica).

 

CS