En lo que va del año, 41,300 menores han cruzado la frontera entre nuestro país y Centroamérica, con dirección a Estados Unidos. Estas niñas y niños lo hicieron solos, sin nadie que los acompañara. En una primera instancia, las y los menores no acompañados son enviados a centros de detención, para posteriormente ser ubicados en albergues administrados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS).

Aunque el número de menores no acompañados ha ido en aumento, la tendencia presupuestal para los albergues en EU va a la baja. De hecho, la actual administración ha anunciado que suspenderá —como medida de ahorro— servicios básicos en los albergues, los cuales son elementales para el bienestar de las niñas y los niños. Este recorte presupuestal es uno de los motivos por los cuales la Unión Americana ha vuelto a voltear a México para trasladarnos la responsabilidad, la culpa y el costo de proveer atención a esos menores.

Ésta no es la primera medida tomada por EU que pone en evidencia su desinterés por atender de manera humana el problema de la migración de menores. En 2014, la administración estadounidense decidió reducir, de 365 a 21 días, el periodo de tiempo que las y los menores tienen para encontrar un abogado que pueda manejar su caso, lo cual resulta absurdo, dadas las precarias condiciones bajo las cuales se encuentran.

Ante esta situación, es necesario entender que el número de menores que se ven forzados a huir de sus países para escapar de la violencia o de otro tipo de peligros no disminuirá simplemente por dificultar las condiciones para que obtengan asilo o el estatus de refugiados en Estados Unidos.

Necesitamos generar estrategias conjuntas que ayuden a mejorar las condiciones de vida en los países de origen. Por ello, el plan de desarrollo integral conjunto para El Salvador, Guatemala, Honduras y México, que será puesto en marcha en coordinación con la CEPAL, estará enfocado en el desarrollo económico de la región, así como en el incremento del bienestar social y en el mejoramiento de la gestión de todas las fases del ciclo migratorio.

Es necesario que también Estados Unidos acepte su responsabilidad en la actual situación y colabore al desarrollo de la región, porque endurecer sus leyes, crear mecanismos para dificultar que las y los menores indocumentados logren el estatus de refugiados o desplazar la responsabilidad a otros países no solamente no va a funcionar, sino que agravará la situación.

Hoy se conmemora el Día Mundial de los Refugiados, definidos como aquellas personas que tienen que dejar su país de origen por miedo a ser perseguidas. Éste es el caso de muchos de los y las menores provenientes de Centroamérica quienes, como expresa la escritora mexicana Valeria Luiselli, no van en busca del sueño americano en abstracto, sino de la modesta y urgente aspiración de despertar de la pesadilla en la que muchos de ellos nacieron.

De nosotros depende que cada de uno de estos menores pueda ejercer su derecho a soñar.

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