Hace unos días tuvimos noticias de todo tipo, desde el fallecimiento de la inolvidable Edith González (mi sincero pésame para Lorenzo Lazo Margain, la familia de Edith, su hija Constanza y a la infinidad de amigos que se congregaron en el Panteón Frances y luego en San Agustín), mujer hermosa, culta, discutida por su talento y amante de la verdadera amistad. Y cambiando de tema, entregué dos Premios de la Excelencia Universal. Uno al doctor Jaime Ferrer Bernat (dermatólogo de altos vuelos) y el otro al célebre Brassi, el feudo culinario mejor ubicado en Polanquito (gracias a la visión de Gabriel García Márquez y colaboradores). Ahí probamos ravioles con queso ricota; pan tomate, sirloins, carpaccio de res y otros platos estrella. Nos acompañaron Armando Mendoza, Mario de los Ríos, América Ortega y otros invitados de Sandra Oliveras.

En la Hacienda de los Morales estuvieron Dominique Berthelot, Lupita Padilla, Norma Gaona y los habituales para aplaudir a un genial dermatólogo a nivel internacional. Si, a Jaime Ferrer lo conocí gracias a Aurora López de Ortigosa. Y por su consultorio ha pasado la gente mas famosa y célebre de nuestro país, además de visitantes extranjeros. Honestamente, hay personas que no gustan de los homenajes, premios, etcétera, pero hay personajes o presidentes de instituciones que prefieren que se los entreguen en vida que después de fallecidos. Respeto las opiniones.

Como se sabe internacionalmente, el Premio Excelencia Universal, antes Excelencia Europea, fue creado por René Cassin, Premio Nóbel de la Paz, para apoyar la excelencia en cualquier área del saber humano. Desde Margaret Thatcher, Nancy Reagan, rey Juan Carlos de Borbón, Plácido Domingo, Camilo José Cela, Pavarotti, María Félix, Jacobo Zabludovsky, además de los mejores hoteles del mundo incluidos los de Madrid, París, Barcelona, Buenos Aires, Nueva York, México y muchos más, y los mejores restaurantes en las mencionadas ciudades.

Charbel Issa no entró a México y eso que traía sus papeles en regla

La embajada de México no debería otorgar visas de turistas a libaneses y más que cuando llegan los deportan. Es el caso de Charbel Issa que gastó más de 4.000 dólares para venir y llegando aquí lo deportaron isofacto. Tania Manzur, que vive en Cancún, se puso furiosa, porque aquí la colonia libanesa es muy fuerte y ha hecho muchas cosas por el país. No sabemos exactamente que pasó, pero se nos hace extraño que no lo hayan dejado entrar y más que Tania Manzur es una persona excepcional y deseaba que su pariente conociera el país. Ojalá alguien tanto de la Cancillería Mexicana o de la Embajada de Líbano en México nos proporcioné la información adecuada. Y hasta el próximo jueves, ¡abur!