Foto: Cuartoscuro / Archivo Su imagen recorrió el mundo al grado que incluso en Japón se le hizo un homenaje al vestir al monumento de Hachiko con el emblemático chaleco que dice “MARINA” y las características gafas  

Relajada e intrigada por el bullicio a su alrededor, Frida muerde su nuevo juguete con el que hoy fue simbólicamente jubilada por el subsecretario de Marina-Armada de México, Eduardo Redondo Arámburo, en el marco del Día Internacional del Rescatista.

 

Indudablemente, la rescatadora canina está consciente de que su labor de servicio ha terminado, pues así se lo hicieron saber al ser despojada de su chaleco, sus gafas y sus botitas, para luego ser recompensada con su nuevo juguete.

 

Y así se lo hizo saber también a su compañero, el tercer maestre Israel Arauz Salinas, a quien no dejaba de lamer durante la sesión de fotos al final de la ceremonia, cuando minutos antes, ataviada con su uniforme de rescate, se mantenía en una postura sobria y firme.

 

Para Frida, a partir de hoy la vida será más relajada, luego de haber alcanzado los 70 años caninos, con lo que hoy bien podría ser considerada “un perro de la tercera edad”, aunque sus ánimos no decaen, pues como clásico perro Labrador, al no contar con su uniforme y sentirse relajada, lo único que quiere es “salir a jugar”.

 

Frida alcanzó la fama partir de su labor de rescate en los sismos de 2017, cuando intervino, con sus compañeros “Evil” y “Ecko” para ayudar a los afectados en Oaxaca el 7 de septiembre y el 19 en el Colegio Rebsamen, en el sur de la Ciudad de México.

 

Su imagen recorrió el mundo al grado que incluso en Japón se le hizo un homenaje al vestir al monumento de Hachiko, en la estación de tren de Shibuya, con el emblemático chaleco que dice “MARINA” y las características gafas.

 

Incluso, entre los nipones el auge de la afamada perrita fue tal que muchos comenzaron a comprar perritos de peluche con la indumentaria de la perrita rescatadora, a la que comenzaron a llamar “Marina-chan”, con la idea de que su nombre era “Marina”.

 

Pero en realidad la labor de esta heroína inició mucho tiempo antes, ya que en su haber están también labores de rescate como la exploración que se hizo a la torre de Pemex en 2013, durante la explosión ocurrida en sus sótanos, o incluso las labores de rescate de víctimas por los deslaves en Guatemala en 2012, así como en el terremoto de Ecuador de 2016.

 

Pero todo ello quedó atrás y Frida hoy es abrazada por decenas de personas que al término de la ceremonia acuden para tomarse la foto del recuerdo con ella y su compañero, con quien hizo binomio en más de 50 misiones.

 

Indudablemente, Frida sabe que algo diferente pasa y como buen perro labrador se deja querer por sus admiradores, a quienes también lamía emocionada, aunque sin descuidar su juguete.

 

Frida es una “labrador retriever” amarilla, raza popular en Estados Unidos por su temperamento amistoso, lo que la hace una de las razas más populares entre los niños y su entrenamiento, el cual duró año y medio, inició desde que era cachorra para detectar olores.

 

En particular, Frida fue entrenada para trabajar en un binomio para detectar a personas atrapadas con vida, a diferencia de otros canes que también son entrenados para detectar cadáveres o los utilizados en aduana para la detección de drogas.

 

Para Frida, trabajar es un juego, por ello tras encontrar su objetivo era recompensada con su juguete favorito, de ahí que al recibir su nuevo juguete y ser despojada de su uniforme había entendido que su labor había terminado.

 

En cuanto a su uniforme, consistente en botas y lentes, tienen como fin ayudarla a ingresar a las zonas de desastre de manera protegida, considerando que suele haber escombros y polvo que la pueden lastimar.

 

CS