La agencia Moody’s Investors Service calificó como “negativo” el entorno operativo que vive México dentro de la industria petrolera y del gas, tras la incertidumbre que rodea su regulación y su ámbito legal del sector, así como la débil posición de liquidez que tiene Petróleos Mexicanos (Pemex).
En un análisis, la calificadora consideró que podría existir un beneficio para las compañías locales que presten servicios auxiliares de petróleo y gas, siempre y cuando Pemex pudiera aumentar sus gastos de capital en exploración y producción.
Además, señaló que México mantiene una incertidumbre energética principalmente por tres razones: por la cancelación de proyectos como las asociaciones de Pemex con privados, figura conocida como farmouts, pérdida de autonomía en organismos descentralizados como la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), y una visión “nacionalista” hacia Petróleos Mexicanos, que frena el interés de inversionistas.
Agregó que esta visión sobre la petrolera, podría provocar que Pemex no entre en nuevos proyectos de asociación con privados (farmouts) en un futuro, dañando así las ganancias de la compañía y su rentabilidad hacia los próximos años.
En contra parte, refirió una perspectiva positiva en Brasil, mientras que en Colombia y Argentina se mantiene estable.
Respecto a Brasil, destacó que el aumento de la productividad en yacimientos de petróleo de presal y la estabilidad de los precios del crudo, que respaldarán la generación de efectivo en toda la cadena de producción, incluida la refinación de petróleo, ofrecen una visión positiva de dicho sector.
Para Colombia advirtió que se mantendrán los precios del petróleo estables hasta 2020, lo cual mejorará los resultados operativos de las compañías petroleras, ante la continua unificación de los bloques de producción y el hecho de compartir infraestructura a través de asociaciones.
Sobre Argentina, prevé que los aspectos fundamentales de los negocios se mantengan estables hasta mediados o finales de 2020. Esto iría acompañado de un entorno regulatorio en evolución, compensado por las oportunidades de inversión relacionadas con proyectos petroleros no convencionales, a pesar de la desaceleración de los planes de inversión en gas.
LEG