Felipe Romano Rodríguez, estudiante de ingeniería de la UNAM, diseñó un dispositivo, que funciona a base de energía solar, para extraer el veneno de las abejas sin que éstas mueran en el proceso.
Habitualmente el veneno o apitoxina es extraído directamente de las glándulas de la abeja o al hacerla picar una superficie para que el aguijón se desprenda, en ambos casos el insecto muere.
Por ello, Romano Rodríguez creó un dispositivo que con base a una pequeña estimulación eléctrica, la abeja deposita el veneno en un cristal sin ser lastimada.
“Consiste en dos alambres que estarán pasando corriente y en el momento en que la abeja se ubique entre éstos se cerrará el circuito recibiendo una pequeña descarga, es decir, el estímulo eléctrico”, comentó el estudiante.
“Lo que queremos es no afectar a la abeja debido a que el método tradicional de extracción de apitoxina es mediante una cirugía o haciendo que pique una tela”, expresó el alumno de Ingeniería en Telecomunicaciones, Sistemas y Electrónica (ITSE) de la FES Cuautitlán.
Sabías que:
El dispositivo utiliza energía solar mediante un sistema de alimentación que funciona a base de celdas fotovoltaicas, las cuales abastecen una batería.
Está diseñado para en ningún momento matar o lastimar abejas y mantener los parámetros de producción del insecto.
“Se hizo así principalmente por el impacto que tiene la abeja en el medio ambiente y porque queremos recolectar el veneno de abeja para usos médicos”, apuntó el estudiante.
Se requiere de un aproximado de setenta colmenas para obtener tan sólo un gramo de apitoxina.
Son más de 100 enfermedades que pueden tratarse con esta sustancia (artritis, esclerosis múltiple, estrés o afecciones de la piel), pues posee propiedades antiinflamatorias y analgésicas, entre otras.
jhs