La semana trajo una imagen que nunca pensamos ver: policías federales que bloqueaban calles y ocupaban instalaciones. La protesta tiene motivos.

 

Con sus deficiencias, los federales, un cuerpo de Policía que ha enfrentado con muchas bajas a las mafias que llenan de sangre el país, fueron descalificados por el Presidente mismo, que dijo que se había “echado a perder”; tachados de fifís por Francisco Garduño, el titular del Instituto Nacional de Migración, al que no le parece que se hospeden en hoteles y coman en “bufés” o lleven armas adecuadas a los operativos, cuando lo único que hacen es jugarse la vida; humillados con unos pantalones XXXG en los que, literalmente, cabían dos de ellos y, finalmente, aseguran, obligados a alistarse en la Guardia Nacional, con la pérdida de su antigüedad y de muchas prestaciones, a pesar de que el Presidente dijo que el cambio era voluntario.

¿De qué son víctimas los federales? De varias peculiaridades de este Gobierno, desde su pulsión a militarizar al país hasta su incompetencia. Pero, antes que nada, son víctimas de algo que, paradójicamente, no existe: la austeridad republicana.

No existe la austeridad republicana porque en este régimen el dinero se tira a manos llenas. Se tira en Texcoco, se tira en Santa Lucía con su montaña, se tira en darle una lanota a la CNTE para que desbloquee vías y en recontratar a maestros despedidos por no dar clases, se tira en el Tren Maya, se tira en Pemex y en Dos Bocas. Proyectos viables echados a la basura y proyectos inviables hechos porque aquí mando yo.

No hay austeridad republicana porque se disfraza de austeridad lo que todos llamamos discrecionalidad. Porque no hay dinero para los federales fifís, pero sí para el Ejército. Porque la lana que recibe la CNTE no la reciben el Conacyt o el Mora. Porque en Canal Once corrieron a 50 personas, pero Sabina Berman y John Doc Doc Ackerman cobran bastante más de 100 mil pesos. Porque no hay lana para el sargazo, pero sí para los ninis.

 

Porque la titular de la Conade ya anunció que están a un pestañeo de entrar a números rojos, pero pues vénganos tu beis, ¿no? Porque sí alcanzó para la fiesta por el aniversario de la elección. Porque ya volvió la partida secreta.

Dijo el Presidente ante las protestas de los federales que el derecho a manifestarse es sagrado. Les apuesto una cena a que va a tener la posibilidad de repetirlo muchas, muchas veces. Van siete meses. Por el momento, ya lograron que se les insubordinara el primer cuerpo no militar de seguridad.