La cultura da identidad, nos permite a cada uno comprendernos mejor porque ofrece un contexto desde el cuál contrastarnos, una plataforma para ampliar la visión tanto del mundo como de nuestra individualidad.
La cultura también facilita tomar conciencia de los valores esenciales que nos unen como sociedad, de las tradiciones que nos conforman y colorean, de la historia que posibilitó este presente.
Tres importantes vías de transmisión cultural son la lectura, las conversaciones y los museos. Sin embargo, la misma estadística nos ha dicho que ─al menos en el último lustro en México─, leemos menos, consumimos menos bienes y servicios culturales, el celular sustituye conversaciones.
Por si fuera poco, acabamos de saber por el columnista Mario Luis Fuentes que en los últimos años los recortes presupuestales en el sector cultural han obligado el cierre de aproximadamente setenta museos, sólo entre el 2017 y el 2018 (Cfr. Excélsior). Sobre estos recintos son los números de esta columna.
El INEGI nos dice que la temática principal de los 1086 museos en nuestro país es la historia. Es el caso de 44 de cada 100 museos. Le siguen los de arte, que son 23 de cada 100; la arqueología con 21 de cada 100 y otros entre los que se encuentran los dedicados a la ciencia, tecnología, industria, ecología y paleontología.
El año pasado los museos reportaron casi 68 millones de visitantes. La Ciudad de México, en primer lugar, con 30.5 millones de visitantes en 136 museos y después Nuevo León con poco más de 11 millones de visitantes en 45 museos.
Desafortunadamente, esta afluencia tuvo una disminución de casi siete millones y medio de visitantes respecto al 2017. Me parece que la explicación de tal reducción no es el costo de la admisión porque más de la mitad de los museos son gratuitos. Del resto, la mitad tienen algunos días sin costo. Y de los que cobran, en general las entradas rondan los 60 pesos, menos los descuentos para niños, estudiantes y adultos mayores.
Especialmente ahora que los niños están de vacaciones, y sabiendo que las personas que reportan un mayor nivel cultural en su mayoría recibieron estímulos en la infancia para conseguirlo, visitar un museo puede ser una buen plan familiar, divertido y civilizante.
Recordemos lo que decía José Vasconcelos, aquello que parecen haber olvidado las últimas administraciones federales: “La cultura engendra progreso y sin ella no cabe exigir de los pueblos ninguna conducta moral”.